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jueves, 20 de diciembre de 2012

Relato de Jueves Literario: Hoy, sobre mi blog

Después de un largo tiempo sin dejar señales de vida por este espacio, hoy me sumo a la convocatoria de esta semana que lidera Gustavo, quien se hace llamar: Juliano el apóstata, en su espacio: No lo sé, desde donde nos pide que escribamos en relación al título que le da nombre a nuestros respectivos blogs.
Espero que mis palabras resulten en una cálida bienvenida a los amigos que siempre se asoman por acá, y desearles a todos desde lo profundo de mi corazón, ¡tengan una muy feliz navidad!


NOTAS DESDE EL FONDO DE MI PLACARD


Notas desde el fondo de mi placard, porque allí van a parar los trastos que duermen los sueños de eternidad doméstica; los pliegues sobre duras superficies de madera terciada, a las que la humedad nocturna le arranca pequeños y sonoros eructos; tal vez la queja de sus tripas. Y también tienen cabida los flamantes: regalos se acomodan en jerárquicos estantes, ropa recién planchada cuelga sin orden cromático ni estatus de preferencia. A veces, encuentro cosas que había olvidado, otras, me desdigo de afirmar sobre aquellas, cuya presencia había jurado. En un descuido alguna puerta queda abierta…o, se abre sola, y algunos de sus habitantes caen, como las notas que escribo, sin protocolo, sin talla, ni largo o ancho, el cielo puso el techo, y abajo: el suelo que miro y piso.

Mis notas me trajeron amigos de sus manos, perspectivas consoladoras, palabras de aliento cruzan los espacios. La tecnología siempre de vanguardia, los sentimientos: siempre un clásico. Rara mezcla esa y por partes iguales: tan inabarcable y abstracto éter, por tan genuinas tristezas y alegrías.

Cosas que caen, materia que escapa a su prisión temporaria, cueros y tientos, metales y plásticos,  géneros y cintas se enredan con anudadas memorias, aquí y  allá….
Veo un par de escarpines tejidos a mano que uso a diario las mañanas frías; me traen recuerdos de Castro en la isla de Chiloé, donde los adquirí de manos laboriosas. Su cuerpo de lana gruesa y su suela de cuero de oveja, todavía me augura inviernos completos de aroma lechoso y de pastos agrestes enfundando mis pies; y me evocan el placer por unos platos humeantes saboreados sobre unas maderas desvencijadas de un palafito. Curanto era, con aromas de la tierra que baña el Pacífico y con las ínfulas de parecerse a aquellos, los de los cuentos de la Eva Luna.
Al lado: una colección de carteras viejas yacen amontonadas esperando la cura para su flacura endémica; de sus bocas vacías parece surgir a gritos un reclamo: ¿Dónde se fue el dineroooo?

El regalo que nos dejo una mañana de otoño; bajo la piel de un vientre abultado se sacude en un temblor de miembros; a la vez: acaricia y lastima. Responde su nombre a uno de varón.

Y en algún rincón entre los de mi placard encontrará destino el recuerdo de mi papá, a quien el tiempo con la saña de una maldición maleva, le fue despojando de esencia la mente y a cambio, la llenó de ausencias; a traición le tallaron sus marcas en el rostro, y en sus ojos se marchaba a su mundo interior, del que una madrugada, ya no volvió. Falleció el pasado 7 de este mes. ¡Vaya mi cariño y recuerdo para él!, ¡Qué tengas un buen viaje!
¡Chau papá!



jueves, 25 de octubre de 2012

Relato de Jueves Literario: "Colores"

La convocatoria de hoy la lideran los reporteros del Daily. Allá vamos, al multifacetico períodico para vernos a colores.



¡ AY, LUNITA TUCUMANA!

Corrido el crepúsculo, la hora oscura precede la noche; se ensanchan los cielos infinitos; dominan raudas sombras la estrechez de los senderos en la falda de los cerros, cuyos colores, montados sobre talones pisados, apenas escapan.
El temblor de hombros se sacude el abrazo frío de la bruma espesa. Abdican los ojos de los policromos; atrás del horizonte se reservan los ocres, amarillos; los lejanos azules-verdosos, los verdes cercanos y tibios, los diáfanos: celeste y blanco.
Los otros, sueltos sentidos de hombre y caballo, corren al encuentro. Reciben el perfume de floridas santolinas, sienten en sus carnes el roce de colgantes yungas, escuchan la respiración de nobles molles.
Resplandecen en las cuevas como luceros las retinas de alertas pumas. Embiste la vaga estela de una corzuela que huye; se intuye el flamígero relampagueo del dorado en los ríos, y se añora la presencia grata de los cardones de blando núcleo en el grueso arenal.
En este rincón de espesura no queda más que esperar, que la llena luna le mezquine algo de su brillo plata a su consentido cañaveral.
"Ay lunita tucumana, tamborcito calchaquí, compañera de los gauchos en la senda del Tafí. Perdido en las cerrasones, ¿quién sabe vidita, por donde andaré?, mas cuando salga la luna: ¡cantaré,cantaré!...."




PD: Pido disculpas anticipadas a los amigos jueveros, ya que voy a contar con poco tiempo para leerlos y dejarles comentarios (sobre todo esto último, no se ofendan si solo paso a leerlos), no obstante ello, decidí participar para no perder el tren del todo, pero voy a estar complicada este fin de semana. Les hago llegar desde ya todo mi cariño y pido por la amable tolerancia de todos.
Besos.

viernes, 19 de octubre de 2012

Actualización semana 25 y contando....

Sí, ya estoy terminando la semana 25 de embarazo y por suerte todo sigue muy bien.
El bebé se dejó ver las partes en la ecografía de la semana 22...y es ¡varón!; hasta yo, que siempre tengo un mal ángulo recostada en la camilla para ver todo lo que nos indica el médico en la pantalla, pude apreciar la contundencia del pitito que le colgaba entre sus piernas abiertas.
¡Fue una sorpresa!, yo hubiera asegurado que era nena, a pesar de que algunos de mis conocidos ya me decían que sería varón, porque no me ha crecido mas que la panza y no me he ensanchado de cadera y cola; porque estoy (según dicen) más "linda"....¡en fín!, todas razones del saber popular...y yo pensaba sin decir nada: "se equivocan, ya verán"...
Demás está decir que estamos muuuy contentos; lo que nos interesaba más que nada es que todo estuviera bien.

Hasta ahora la gestación me ha tratado con una generosidad que agradezco. Como dije, el primer trimestre la pasé con muy pocas molestias, todas tolerables, que pasadas las doce semanas: desaparecieron. Me siento bien física y emocionalmente, puedo cursar y estudiar las materias de la maestría que estoy haciendo sin contratiempos, aunque he empezado a tener los primeros síntomas físicos del embarazo como tobillos un poco hinchados por las noches, debido al tiempo que permanezco sentada leyendo o caminando (que trato de hacerlo como ejercicio), eso sí: tengo las piernas tan flacas que solo yo lo noto, o dolores ocasionales en el bajo vientre, dicen porque se estira, pero por suerte pasan con descanso apropiado.

Ya notamos los movimientos del bebé.
Hace algunas semanas me pasaban desapercibidos, pero ahora son frecuentes y notables. Se sienten como burbujas que estallaran en el líquido, otros son como movimientos de olas o temblor, que me dejan como una sensación efímera de vacío, como cuando uno tiene hambre y la tripa te lo hace saber con una punzada dolorosa, y claro: las patadas que a veces son fuertes y se sienten en la superficie, con solo poner la mano en la panza se aprecia una fuerza de chupón, como si la piel fuera pellizcada hacia adentro y luego vuelve.
RAT apoya su oreja en mi panza todas las noches, claro que yo le aviso cuando es el momento de mayor actividad, y por supuesto puede escuchar la intensidad de los movimientos; igual él ya lo hace desde hace varias semanas y me aseguraba que escuchaba ecos acuáticos cuando todavía yo no podía apreciarlos.

El peso lo llevo bien...¡creo!, en los primeros cuatro meses subí solo dos kilos, pero en las cuatro semanas que pasaron del cuarto al quinto mes subí cuatro kilos. El obstetra me dijo que me cuidara porque la proyección (cuatro kilos en un mes) era nefasta. Se me descontroló un poco el tema de las comidas, pasa que en los primeros meses tenía falta de apetito y sentía algunos olores a las comidas que comemos normalmente, me dio por comer pan blanco en lugar del integral de siempre, y ganas de pastas o pizza, así que me consentí un poco; pero pasado el momento volví a las harinas integrales y a la alimentación sana como lo hago desde hace tiempo, resultado: cuando volví a la visita del sexto mes (hace una semana) estaba en el mismo peso que en el mes quinto, tal es así que el obstetra me dijo que para la próxima "quiere que suba al menos un kilo", lo cual me parece una realidad alternativa: esto de que te pidan que engordes....

Con respecto al nido: tenemos la mayor parte de las cosas que vamos a necesitar gracias al aporte de nuestros familiares, además de que tenemos que ponernos las pilas para terminar algunos arreglos (tipo pintar la cocina)que nos habíamos prometido antes que llegue fin de año, y evitar que nos ataque el "síndrome del nido", que dicen les afecta a algunas mujeres, dandoseles por hacer esfuerzos ridículos en los días previos.

¿Nombre?, todos preguntan, pero no, no tenemos!, y estimo será tema difícil.

Gracias a los amigos virtuales por estar ahí, siempre.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Relato de jueves literario: Ojo por Ojo

Esta semana la convocatoria vengativa la lidera Tere del blog: Puntos Suspensivos; en su casa nos vemos



¿QUIÉN RÍE ÚLTIMO?

Con la diestra se quita rápidamente el sombrero que deja al descubierto unos pocos cabellos finos empapados de transpiración y lo arroja sobre la mesa; constata que las mujeres del servicio están afuera y se adentra a grandes pasos hacia el despacho privado de la casa. Tiene las suelas de las botas recubiertas de barro seco y bosta de vacas, pero poco y nada repara en las motas de pasta oscura que le imprime al piso de pino tea.
En su despacho revisa los papeles, hace cuentas mentales, las hectáreas de buena tierra de pastos blandos, bueno para el ganado, sus animales, cuantos parirán esta temporada, las crías en pie, la vieja casa familiar; repasa su capital en detalle; y entre ellos, ¿porqué no? si se la ganó en buena ley:...Estela.
Sentado en su escritorio como si lo estuviera en la cúspide de sus posesiones, mira a través de la ventana lo que sucede en el exterior. Nadie lo vio entrar a la casa, así que aprovecha su invisibilidad momentánea para espiar a su hermano con ojos escrutadores antes de ir a su encuentro. Seguramente viene por algo de dinero; el último trabajo le duró lo que un pedo en una canasta; ¡siempre ha sido tan confiado en las cuestiones del negocio!, ¡no!, mejor: desidioso, un desentendido, aunque en su beneficio, después de todo: su hermano hizo su jugada como él mismo y ninguna culpa le cabe si la partida no le hizo ninguna justicia.
Allí esta con su vieja camioneta, flaco y longilíneo como un adolescente, encantando a las damas con su conversación animada, desplegando mapas y amontonando sus petates en el vehículo. Supo que planea un viaje al Salar de Uyuni; aunque en esta época llueve le dijeron, además tardará días en ese carromato, ¡y eso si tiene suerte!, pero igual su cabecita porfiada sueña con ver el flamenco austral, la gran extensión lunar, el amanecer del altiplano. Estela lo sigue con la mirada soñadora, ríe con sus ocurrencias, parece una jovencita otra vez. La conocen ambos desde que eran niños, su hermano era el soñador, los ojos de sus padres, por cuyas aspiraciones todos apostaban, incluso Estela, pero Estela se casó con él, y Estela no va a ninguna parte; se echa hacia atrás y saborea su venganza privada, íntima.
El hombre delgado disfruta con el entusiasmo de la mujer; sus ojos brillan pero le adivina la frustración en las marcas de su ceño. Le gustaría que lo acompañase, sabe que ella añora la época en que esas marcas no existían y se entristece por su melancolía; se pregunta: si acaso él tuviera en su ánimo la revancha contra el hombre que la desposó; ¿sería dulce su evidente infelicidad?

jueves, 6 de septiembre de 2012

Un poco de actualidad en las noticias (Historia de un embarazo ansiado)

No podríamos estar más contentos. Bastante atareados con nuestras cosas últimamente, pero igual nos deja tiempo para sentirnos felices de vivir esta nueva experiencia.

Para las que esperaban noticias, no me olvidé de que había quedado de contar un poco como fue el largo proceso que nos trajo hasta aquí, así que voy a tratar de hacer una síntesis algo apretada como para empezar.
El año pasado cuando decidimos hacer ovodonación como proyecto posible para nosotros, (ver post del 7/01/12) nos anotamos en una lista para esperar donante, lo cual puede llevar un tiempo de tres a seis meses. Para ser honesta, y porque no puedo omitir referir lo siguiente ya que fue una parte importante del proceso, en el interín tratamos la posibilidad de que nuestra donante fuera una donante conocida (conocida para nosotros). No sé si se hace necesario destacar que si bien en nuestro país no tenemos legislación que zanje la cuestión, la tradición o los usos que siguen las clínicas es hacerlo mediante donante anónima para la pareja; para ello se valen de un sistema que tiene sus propias reglas y está muy aceitado (a pesar de que no hay normativa), como la cantidad de veces que una donante puede donar, el protocolo a seguir, la información y los registros que se manejan interclínicas, etc, hasta ahora ha funcionado todo muy bien.
Pues bien, resulta que para nuestra sorpresa,  recibimos más de un ofrecimiento de mujeres que pensaron en ayudarnos aportando "algo más" por así decir, que apoyo espiritual. Aclaro que esto no debería sonar raro para ninguna de las que pasamos por estas cuestiones; cuando se blanquea el hecho de que debemos sortear una incapacidad y para alcanzar nuestro sueño dependemos de que una mujer nos done algunas de sus células, es muy normal y lógico, -como pasa también con algunas enfermedades o dolencias que necesitan un trasplante o alguna materialidad concreta-, que haya gente cercana, que movidas por el cariño quieran ayudar donando sus óvulos. Esto, independientemente de que luego, por distintos motivos sea viable o no.
Nosotros planteamos la cuestión con nuestro médico de tratar la posibilidad; si bien estábamos cómodos con la decisión original de esperar donante anónima, las propuestas recibidas nos pusieron frente a una realidad difícil de desconocer, y decidimos que podíamos tomarnos un tiempo de nuestras vidas para evacuarlo; era ese el momento.
Nos sugirieron que fuéramos todos (por separado) a consultar con una psicóloga que aquí es muy conocida, experta en el tema. La profesional tiene una vasta experiencia y trayectoria en distintos países, muchos de los cuales, aceptan la posibilidad de donante conocida pero admite que no es una solución extensible para todos. Asistir a las consultas fue muy útil y beneficioso, aunque aclaro que por distintos motivos, ésta modalidad no fue posible para nosotros. De todas maneras las clínicas finalmente muestran sus reticencias, en fin, todo se complica si se pretende salir de los canales establecidos. 
El tiempo que pasó fue capitalizable para nosotros de distintas maneras, nos forjó como pareja, hizo mas fuerte (si eso era posible) nuestro deseo y comprendimos que al final del día, estábamos nosotros solos frente a nuestro futuro, nuestra vida en común, y nuestras decisiones. La sonrisa encantadora de la psicóloga cuando hablábamos nos lo confirmaba, en un momento, ante nuestra cara de interrogante por su actitud, como si con su ojo mental estuviera mirando allá lejos, no sé que cosa, nos dijo que era maravilloso aquello por lo que estábamos pasando (aunque nosotros no pudiéramos verlo todavía)
Aún así, viéndolo en perspectiva, agradezco que no nos hayan negado la posibilidad aunque sea de analizar que tan cierta era (en teoría al menos), ya que de otro modo quizás me hubiera quedado ese pendiente de que alguien ajeno se asumió guardián de mi vida y me negó una posibilidad, y ya saben que no hay amor más venerado que aquél que nunca fue....
En fin, para no irme por las ramas ni hacer este post muy extenso; finalmente volvimos a la lista de espera original y al poco tiempo nos avisaron que ya teníamos donante. Fue muy emocionante para nosotros y nos dimos cuenta que no nos había quedado ningún saldo ni duda.
Desde allí fue todo bastante rápido, yo esta vez no tuve que hacer casi nada, salvo la preparación de la matriz y la toma de la medicación para coordinar los ciclos.
Fueron casi dos meses de preparación hasta el día de la transferencia de dos embriones, uno de los cuales se convirtió en el bebé al que he visto crecer a través de las ecografías, del que no conozco su sexo, y que me acompaña, silencioso todavía, mientras escribo.




Pd: Acá van unos enlaces de algunas notas importantes sobre aspectos psicológicos de la ovodonación, escritas por la profesional que menciono, por si les interesa. 

jueves, 16 de agosto de 2012

Relato de Jueves Literario: "El calor"

Hoy la cita es en lo de Ma. José, alli nos vemos.



¡OTRA VEZ SOPA!

María cruza la maciza puerta de ingreso con paso presto. Cegada por la luz del sol estival, con los brazos estirados hacia delante y con su memoria por toda guía, acorta la segura distancia del zaguán, en cuyo extremo está la puerta de vidrios repartidos.
El interior de la casa de sus abuelos la recibe con una penumbra fresca y aliviante. Los olores conocidos la reconfortan. Un vapor fragante le indica que en la olla tapada se cuece un caldo de verduras; puede distinguir el aroma del apio, del laurel y otro vagamente a ahumado. Es sabido que en esta casa se toma religiosamente la sopa, aun si afuera se derrite el alquitrán del asfalto.
María alza la tapa con cuidado para no quemarse; revuelve y ve que en el líquido se mueven concéntricas esferas de transparencia amarilla. Acierta en suponer que el genio de su abuela no la dejó abstenerse de echarle trozos de panceta ahumada. Hace un mohín con la boca; no es que le desagrade, es que con tanto calor hubiera preferido algo frugal para variar. En el horno aun caliente, pero por suerte apagado, reposan unas presas de pollo cocidas.
Sale a la galería trasera. Bajo la parra, la sombra es… poco menos que agradable, fuera de sus límites: el patio y sus frutales yacen estoicos bajo el sol del mediodía.
En el lavadero encuentra a Teresa que luce atareada. Es delgada y de movimientos gráciles; María se pregunta: ¿cuántos años tendrá realmente?. Sabe que es casi tan mayor como su abuela pero la diferencia física es notable. “A esta gente no se le puede saber con certeza la edad” diría alguna vez su abuela sin ánimo descalificante.
-¿Qué haces usando mangas largas con el calor que hace? –le pregunta María a manera de dulce reproche, claro que sin esperar respuesta; de hecho: ya la conoce. Teresa la mira divertida al tiempo que se ata bajo el mentón la capelina de ala ancha. Sale al patio portando un gran cesto con la ayuda de la muchacha. Ella se queda mirándola bajar con destreza las sabanas y toallas secas de la soga. De un tirón despliega el género blanqueado a fuerza de sal gruesa, y en su lugar, queda la soga desnuda y tambaleante. Ni una prenda se le cae.
Teresa tiene la piel morena y por eso: no quiere por nada en el mundo que un rayo de sol ose acentuarle el tono. “En su pellejo ya se han posado demasiados soles”, ello: consecuencia de su vida pasada como trabajadora golondrina; asume que su cuota dérmica está suficientemente cubierta.
Esa mujer, que a fines de los años 30 le tocó vivir junto a su madre la decadencia de los años dorados de los crotos (1), hoy no extraña esa vida, pero asegura haber juntado anécdotas para toda una vida.
En sus jóvenes años conoció bien el universo de los trabajadores que se desplazaban en los trenes de carga a todo lo largo y ancho de la pampa húmeda. Una noche se encontraba durmiendo en los galpones de maní en algún lugar de Córdoba o Santa Fe, otro en los campos de maíz de Buenos Aires, o bien despertaba pronta a trabajar en la zafra de Tucumán.
Había sido este un oficio noble, aunque sufrían las permanentes molestias de la policia. Miles de hombres y algunas pocas mujeres como ellas, habían vivido esta vida de trashumante de las pampas. Necesitados, inmigrantes; libertarios y soñadores otros, se hacían eco de las ideas anarquistas y comunistas de la época. Palabras esas que suele pronunciar en voz más baja.
Teresa no se cansa de repetir con cierto orgullo reivindicatorio que había muchos hombres de intelecto destacado. En sus manos circulaban libro y diarios, y aunque ella apenas sabía leer, afirma que le contaban. Alguna vez le había mostrado a María como armaba su “mono” o “linghera”(2). En la base: la manta para dormir, arriba la ollita, una pava o taza de latón, y por último el fierrito asador con el extremo doblado, del que pendía la pava para calentar cerca de las brasas, el agua para los mates.
Fueron tiempos duros, en que el futuro parecía no llegar jamás; estaba en el extremo de los rieles que se extendían en los campos verdes y amarillos que se perdían lejanos, y se diría: entraban en el firmamento. “Mi casa tenía catorce mil kilómetros de ancho por cuarenta y siete mil de largo, y su dueño vive en Inglaterra, así que no me cobra alquiler”, dice a veces emulando al “Bepo” Ghezzi, -uno de los crotos ilustres-, con convicción debilitada por los años . Luego: ensaya una media sonrisa, su vista aún perdida, -¡Esos eran calores, no macanas! –dice, y rápido enjuga una gota de sudor que asoma en su frente casi con desprecio. Manda a María a apurarse, se escuchan ruidos dentro de la casa; ya pronto el patriarca querrá tomar su sopa.





(1) Los crotos recibieron ese nombre por el gobernador de Buenos Aires, José Camilo Crotto, que debido a una ordenanza en 1920, permitía a los trabajadores golondrinas viajar en los trenes de carga. (2) Linghera o mono (este último aludiendo a los gitanos que lo llevaban encima del hombro), era el atado de trastos, o bagayera: el de ropa. De alli que a la gente que mendiga en las calles se le diga “linyera”. Hoy se le dice croto al que tiene mala traza, o por ejemplo si debo ir a un lugar formal, puede que diga que no, ya que estoy muy crota para eso, o sea que no estoy vestida apropiadamente. Hubo muchos crotos ilustres como el Bepo, tenian su filosofía y códigos. Fue una época especial, que luego decayó junto con los ferrocarriles.

jueves, 26 de julio de 2012

La felicidad, aun no tiene nombre

Hace un tiempo que sueño en colores; eso no es ninguna rareza dirán, pero lo sé porqué al despertar recuerdo con nitidez los colores de los objetos soñados, y no recuerdo que mis sueños tuvieran antes esa particularidad. Alguien dijo que los colores reflejan el buen ánimo, y yo deduzco que el mio debió haber sido muy bueno, porqué sonaron las campanas, hubo batir de alas y flamante luz se prendió de la cola de la última estrella, porque una mañana temprana: nos regalo el porvenir nuevo.

Estoy cursando la semana 13 de embarazo, y estamos felices....,temerosos al principio, casi no hablábamos siquiera entre nosotros por temor a que las palabras pronunciadas rompieran el hechizo, de a poco, infundiéndonos mutuo coraje, avanzamos a través de los días quietos.

Por fuera todo parece igual, apenas unos tontos malestares que mi cuerpo acusa extraños pero añoraba, atestiguan que dentro la vida se abre paso.
Es una realidad tangible...tiene peso y medida; coincidimos que llegó el momento de empezar a creérnosla.

En otro momento prometo relatar más detalles para mis compañeras de ruta que sé están ahí y desean conocerlos, por ahora, solo tengo palabras para dar a conocer la feliz noticia.
Gracias por la visita

jueves, 19 de julio de 2012

Relato de Jueves Literario: "La curiosidad mató al gato"

Esta semana la reunión es en casa de Tere del blog: Puntos Suspensivos, allá vamos para comprobar cuanto hay de mortal en la curiosidad.



AMORES QUE MATAN


El ruido del motor cede por unos instantes y su lugar es tomado por el ruido del oleaje que golpea los flancos de la embarcación de madera, a medida que ésta se acerca muy despacio al muelle. Elisa desciende con cuidado, tanteando con firmeza los listones carcomidos. Hace años que nadie viene a esta casa, “¿y quién lo haría?”, se pregunta; a excepción de su tía Alma, no supo jamás de nadie que hubiera estado a gusto en esta isla remota del Delta del Paraná. Aquí solo hay pajonales crecidos, el rastro seco de hortensias muertas y coronas de novia rotas.
El cielo esta encapotado de nubes plomizas; Elisa alza la vista y recibe un guiño flamígero que toma por mal designio. Pronto, la amenaza de lluvia es un hecho, el agua castiga la desvencijada casa ayudada por el viento, que parece soplar en todas las direcciones. Distraída, deambula por las habitaciones; sobre una repisa polvorienta encuentra un colgante cuyo dije encierra una pluma castaña de caburé, una posesión preciada que colgaba del pecho de su tía; “es para la buena fortuna” recuerda; lo pasa por su cabeza y aprieta el dije contra el pecho para recibir algo de calor imaginado.
A buen resguardo en el interior, Elisa se dedica a observar la drástica mutación del paisaje con ojos desvinculados. El viento sacude el follaje, las aguas antes calmas ahora corren embravecidas, tiran de las ramas del sarandí inclinado; las barbas de viejo se quiebran bajo el espanto. “Mala estrella, mala conjunción de aguas” piensa Elisa mientras se sujeta con fuerza de la benevolencia que le promete el dije colgante. ¡Nada bueno puede salir de esa unión de fuerzas!; sudestada implacable que arrastra cuanto puede, incluso a ella misma que aquí se halla; y las otras: las de sedimento rojizo, cuyo rumor de tromba ya escucha descender desde el Bermejo. Callan los picaflores y las calandrias; danzan campanillas amarillas lanzadas al aire; en la profundidad de las islas: el ceibo suspira aliviado.
“¿Qué más traerá la crecida además de camalotes y barro en los pantanos?,...¿qué más se llevará?”, y por respuesta algo recio como un apretón de manos firmes le revuelve el estómago, y le desparrama la angustia salida de los rincones más oscuros de un corazón llagado. Su boca testimonia el sabor de la leche agria, de la vejez prematura y de un vientre infructuoso. Paladea el profundo desconsuelo que ahogó la voluntad de su tía.
En la pared más alejada pende un espejo, Elisa se le acerca sintiendo el abatimiento de sus pasos; en sus oídos resuena la letra de un viejo vals:..."Alma, si tanto te han herido, ¿porqué, te niegas al olvido?...” ¡No!, no quiere ver en su cara las huellas del desamor ajeno, pero una curiosidad malsana la impulsa; las sombras de la llama se contornean en la sala; arrima la luz a la altura de una boca descolorida, los ojos apagados; Elisa apenas contiene un grito apretado, que suena como chasquido de fusta en el aire.

jueves, 12 de julio de 2012

Premio

La querida amiga Leonor desde su: blog de fotos que es un encanto, y que recomiendo visitar; de su tierra cálida de playas de arenas tostadas y mar azul, me ha honrado con el siguiente premio:




Gracias Leonor, atesoro este gesto junto a las lindas palabras que me dedicaste. Deseo hacer extensivo este premio a todos los amigos bloggeros cuyas palabras añoro, busco y me alimentan. Gracias por visitarme.

jueves, 5 de julio de 2012

Relato de Jueves Literario: "Tus fantasías secretas"

Esta semana la convocatoria la lidera San del blog: Y nacimos casualmente, y la consigna es plasmarla en solo 150 palabras. A su casa vamos por más fantasías



SUEÑO EN COLORES

Cierra los ojos, se sueña lejos, donde la pampa corre llana sin fin y el horizonte fue borrado. Los colores son vívidos, convidan al tacto. Las aletas de la nariz se ensanchan ávidas de aire seco que astringe los pastos.
Se extienden los parches de terciopelo verde brillante, se mece la gramilla suave; no amenaza con exhuberancia la vegetación, ni puntas ni pústulas, lejos la selva.
Se amontona la luz en los granos maduros alineados en las mazorcas de maíz; a lo suyo el chingolo: silbidos cortitos seguidos de portentoso trino; el zorzal de esmerado canto, solo tiene sonidos de calma, ¡malo para imitar!
Calienta la sangre el sol, arrebata y tiñe las mejillas, la mano escarba: húmeda, naranja, se deshilacha la pulpa de la calabaza.
En dimensión paralela quedaron los reclamos de niños, hogar, trabajo; sobre la mesa: los tintes violetas de un vino flotando mitad de copa, consuela.

jueves, 28 de junio de 2012

Relato de Jueves Literario: "En los zapatos de otro"

La convocatoria de esta semana la lidera Gastón, en su casa encontraremos muchos zapatos que ponernos.


LOS PASOS PERDIDOS

Su agenda rebasa de contenido, frases, horarios, recomendaciones, papelitos sueltos. La cierra con destreza antes que el relleno empiece a rezumar como la crema de una galleta. Ya en la calle toma un taxi; revisa su correo en busca del aviso del mandamás del Estudio Jurídico, donde le indica pasar a recoger al cliente de camino al Palacio de Tribunales. Memoriza el nombre del cliente; no es la primera vez que lo hace, tampoco será ésta la última cortesía que su jefe tenga con sus clientes, a expensas de su tiempo.
El coche se detiene en doble fila en la puerta de un edificio de departamentos. Está nerviosa, el tiempo se acaba y la audiencia dará comienzo aun sin ellos. Por la puerta vidriada del edificio sale un hombre corpulento al tiempo que el taxista se hace acreedor de un largo bocinazo, en reproche por el entorpecimiento del tráfico. La ocupante se acerca a la ventanilla con una sonrisa en la cara, el hombre la ve y con más determinación que eficacia emprende sus pasos hacia ella. Extiende su pierna tiesa con dificultad, apenas unos centímetros y la apoya en el piso, juntamente un bastón, le brinda un punto alternativo de apoyo en tanto toda su osamenta revestida de pulpa humana se inclina ostensiblemente. Le sigue la pierna sana y su estatura se recompone; todos los presentes miran las baldosas de la vereda con preocupación y respeto reverencial, cada vez que un paso de ese coloso logra sortear la atracción gravitatoria que viene de la superficie.
Ella hace esfuerzos por mantener la serenidad y la sonrisa en la cara, sus ojos compasivos no dejan de seguir los movimientos del hombrón como si pudiera con su vista imprimirle premura, “Ay señor mío, ¿cómo pedirle que apure el tranco?, el audiencista no esperará, se lamenta”, más la resignación le demanda cordura, se abre paso en su sien y abate los últimos segundos de pulsación enloquecida.
Por fin llegan. En la puerta de acceso al Palacio de Justicia un empleado le señala disimuladamente con el índice su reloj pulsera. Bajan del taxi los pasajeros, ella se acomoda pero su primer paso se trunca. El tacón de uno de sus zapatos queda detenido por el cordón de la vereda, que impedido de seguir la inercia de su avance, es arrancado de cuajo. Casi cae. Recoge los papeles y su agenda; recupera apenas el equilibrio e intenta caminar, pero perdido el apoyo de su talón derecho, el cuerpo se ladea en pose ingrata. -¡Venga, yo le ayudo!, –el hombre le toma de un brazo sin esperar respuesta; -¡ahora estamos parejos! –le dice sonriente.
Avanza la pareja despareja, inmune al grito de los minutos que corren, en consonancia de contrapesos, cada uno a su tiempo; de lejos, podría decirse: lucen armoniosos los balanceos rítmicos de los cuerpos.

jueves, 21 de junio de 2012

Relato de Jueves Literario: "Mis Jueves"





Mis jueves tienen un no se qué, como las tardecitas de Buenos Aires...¡ya lo quisiera yo!
Mis jueves vienen al paso, más a veces: pasan de semanas. O se montan al entusiasmo y cabalgan por piedras aceitadas sin dislocarse; y otras se les sueltan los cascos; ¡ay mis jueves casquivanos!

Los jueveros, esas personas maravillosas, dan perfecta asistencia.
Animan, consuelan, conmueven con letras, gestos, actitudes. Los corazones palpitan al unísono y hasta las maquinas se enlazan con brazos digitales, y se mandan amores cifrados en nodos, y echadas redes: envuelven besos binarios.

Si tuviera color sería luna terrosa, si textura: el suave y delicado género que visten los duraznos cuaresmillos, si oliera sería a canela, a flor de algarrobo y caramelo bullente, y si sonora como melodía, sería algo así como...ésta:




Dejo a todos un beso grande y gracias por estar siempre del otro lado de mi pantalla.
Mas jueves se cuentan en el Daily

miércoles, 6 de junio de 2012

Buscado

¡ATENCIÓN!: SE HA PERDIDO NUESTRO DIRECTOR DE LOS JUEVES, ¡SI ALGUIEN LO VIO, CHIFLE!



Anoche grité hasta que se me salió todo el aire de los pulmones, bailé una jota en los tejados (en las cúpulas) ¡ejem!!...por acá no hay muchos tejados, ¡ya comprenderás!, y agité como loca mi pañuelo blanco...¡sí!, ¡ese! ¿lo ves? (¡un poco de piedad hombre, que por aquí ha empezado a helar!), ¡dale!...responde con una señal así te vemos.

jueves, 31 de mayo de 2012

Próximamente: Encuentro Juevero en Buenos Aires

Un anticipo, para ir palpitando el corazón de la ciudad....


jueves, 3 de mayo de 2012

Relato de Jueves Literario: "La vida en un castillo medieval"

Esta semana Tere en su blog: Puntos suspensivos, nos convoca a participar con un relato que tenga como contexto la edad media, que tanto da para contar. Aquí mi versión sobre el tema:


AMERICA OR BUST

Rorik desea con todas sus fuerzas que hombres y bestias se muevan con mayor presteza. -¿Serán aquellas que despunten el próximo amanecer las horas felices en que por fin abandone estas tierras lodosas?, -se pregunta el joven de cara lisa.
Rorik da una palmada firme a la primera de una procesión de mulas que se abren paso con su carga entre pilones de estiércol rodeados de nubes oscuras de moscas, que se levantan con la proximidad de cascos y botas, descubriendo los tesoros humeantes que se mezclan aquí y allá con charcos de nieve blanda y porciones de barro escarchado.
Bajo la atenta mirada del muchacho suben a la nave los cofres labrados y los libros de su señor De Ganger. Hecho esto, se desparrama en toda su altura bajo el alero y arrima sus miembros ateridos al fuego. Lleva puesta una gruesa túnica de lana, modesta, pero acorde al alto rango de la casa de su señor; y aunque es mejor su vestimenta que la del resto de la tripulación que lo rodea, hay algo en su porte que indica desdén por esos lujos. No hay reverencia hacia las posesiones de su señor, ni en sus palabras, ni en sus movimientos.
Rorik acomoda el hatillo de armas, las de manos, las principales fueron embarcadas mientras se dispone a esperar que aparezcan las primeras luces del día junto a su caballo. ¡Por nada le dejaría! Ese magnífico ejemplar gris de excelente andadura es lo mejor que tiene, su única herencia. Ya bastante deuda contrajo su empobrecida familia que empeñó las siguientes cosechas de una tierra debilitada y hasta se concertó antes de tiempo el matrimonio de su hermana por esta merced. ¡Sí, grandes sacrificios se hicieron para asegurarle el puesto de escudero en casa del consentido del monarca! Como sea, el destino lo había ubicado allí, para suplir con dote soldadesca cuanto carece su señor, quien compensa cuanto falta con profunda erudición.
Serán ampliamente difundidas las hazañas valerosas, que capture bajo su pluma, de los hombres principales en las tierras nuevas, -muy propias para el cambio de era, cuanto que es el año 1000 que corre-, y así le fue encomendado.
Detrás de los muros de piedra sombría de la fortificación normanda espera su señor De Ganger: la última hora para embarcar. Como ya adelantó a su joven escudero, planea escribir en esas horas del final de la tarde un prólogo bien intencionado que brinde adecuado inicio a su libro de meditaciones sobre las maravillas naturales del creador, las que estima recoger en las lejanas tierras verdes, muy al oeste del gran mar, y habrá de dividir según las observaciones sean diurnas o nocturnas..."Esto digo a vos, y rezará en tinta: las leyes divinas son las que trazan los caminos de los hombres, nunca la ley de estos últimos se antepondrá en el camino de un caballero".
Rorik ansia ver las tierras de vides fecundas y de árboles altos como gigantes, tanto como su señor, pero a diferencia de él no piensa perder su tiempo en crónicas tontas de caballeros, ni meditaciones sacras, ya verán en tierras nuevas como se las arregla su señor De Ganger; a él le espera su vida. Por lo pronto, se siente dichoso de pasar esas horas al calor del fuego que envuelve la marmita en compañía de su corcel, y de verse librado de momento, de la cháchara soporífera del erudito caballero.

jueves, 26 de abril de 2012

Hora de premiar

Este espacio ha sido premiado por Juan Carlos del Blog: ¿Y qué te cuento?, a quién agradezco, y quiero decirle que me siento profundamente halagada de saber que mis letras se cuentan entre sus blogs favoritos.


Tengo como condición: Pasar este premio a otros cinco blogs con menos de 300 seguidores, a fin de estimular su continuidad, los que deberán a su vez enlazarme en su entrada y seguir la cadena premiando a otros cinco blogs de su elección.

Vaya este premio a: Any, la de la risa alegre, la del humor exquisito, la de la fina ironía, la de la palabra que conmueve, la que rema en San Ignacio y a veces se deja flotar en su bote a la deriva.
A Chipi, porque siempre se concentra en el lado amable de las cosas, porque es bichera empedernida, no hay perro ni gato maltrecho que se le resista a sus brazos, por ser un encanto de persona...y los bichos lo saben, por eso la siguen no me caben dudas.
A las luchadoras incansables, porque no se rinden: Noe a la que le deseo toda la suerte en su nuevo intento, y a Mimí a quién le mando mucho ánimo.
Y por último a Mismellis, mamá de Repollete y Princesita gracias a la técnica de ovodonación, por sus reflexiones largas y sentidas, porqué cuenta lo que quiere y tiene para decir, y porque agradece a la vida y acompaña a su suerte.

Para hacer justicia debería abarcar el premio a muchas bolgueras, algunas prolíficas, otras no tanto, que me emocionan con sus letras, con sus vivencias y sentimientos que dejan al descubierto. Gracias a todos los que pasan por este mi espacio.

jueves, 19 de abril de 2012

Relato de Jueves Literario: "Una de espias"

Esta semana nos juntamos en lo de Juan Carlos del blog ¿Y qué te cuento?, allá vamos por mas espionaje.


SECRETOS A LA FRANCESA

La galera tambaleante dejó a los esposos en la última posta. El viaje fue agotador, la fatiga era visible en sus cuerpos, sin embargo, a ella se la veía serena. El, sumamente irritado, estiraba las piernas y daba zancadas en paso castrense golpeando sus botas, desafiante sobre la calle polvorosa. Sus brazos no atinaban a seguirle el ritmo a sus pies pero pronto encontraron ocupación en bajar el equipaje. De momento, solo su fino bigote rasurado a la moda dejaba traslucir el ánimo que gobernaba su mente, inquieto, destilaba las últimas gotas de sudor envenenado.
Debieron pagar sobreprecio por un par de espacios incómodos en el coche del correo que los trajo, luego de que fueran retenidos en el destacamento militar del río Desaguadero, para ser sometido a un largo y reiterativo interrogatorio. Su origen francés lo hacía blanco de los abusos de la política del Restaurador donde quiera que fuere. No importaba lo mucho que insistiera sobre su infancia en Buenos Aires, ni que suscribiera con fervor a la causa nacional, esas sutilezas simplemente escapaban a los criollos cuando se tenía tan contundente flota francesa bloqueando la puerta de entrada y salida al país. Las sospechas de espionaje en esta geografía de conflictos diplomáticos eran más obvias, rápidas y correosas. No obstante, sabía que la fortuna había sido generosa con él, después de todo eran cada vez más los compatriotas que pasaban sus días en las prisiones de Rosas.
La pareja subió con dificultad al sulky tirado por un matungo que los llevaría a la estancia, donde el hombre habría de asumir las funciones del nuevo administrador. No veía la hora de establecerse y poner en marcha su ulterior objetivo, paradójicamente: el de espiar. Pero no era ésta una misión de Estado, ¡no!, sino corriente y mercantil. Su verdadero empleador, Monsieur Lagarde, deseaba conocer las condiciones para instalar una bodega y buscar un socio visible entre los viñateros locales. Lo cierto es que las medidas aduaneras actuales sustentadas en los caprichos de Juan Manuel de Rosas traían prosperidad a unas industrias por sobre otras y beneficiaban claramente a los Británicos, pero...la presión que ejercía Francia, creía, cambiaría los vientos. Más sagradas que la patria y sus gobernantes eran las reglas del mercado...
En esto último iba pensando cuando una tos ronca vino a aliviarle la picazón de su garganta.
-Es el viento zonda, caluroso y seco que viene del norte, –dijo el baqueano sin aflojarle la rienda al matungo, -¡cúbrase la boca que dispué le va arder el pecho!, -le advirtió en tanto el francés tosía, escupía y maldecía su destino. -¡Haga así, como la señora!, -indicó complacido con su hallazgo señalándola con el dedo, que rápido bajó para observar con extrañeza a la figura erguida que llevaba cubierto el rostro con una gasa floreada. El color de su piel y el tono verdoso como la hoja del urundé del manto que la cubría, le recordaban vagamente a la virgencita nativa de Itatí, cuyos frescos se reproducen a todo lo largo de su Corrientes natal.
Había algo en esa mujer de exuberante, fresco y húmedo que destacaba en ese paisaje árido. Atrás iban quedando las callejuelas estrechas y las casas solariegas, al fondo: las acequias subían serpenteantes, encauzando las aguas de las altas montañas.
Parecía ser esta la primera ocasión en todo el viaje que alguien reparaba en ella. En el destacamento militar la habían dejado a un lado. Jamás le hacían preguntas, solo se limitaban a mirarla con curiosidad. No había nada explícito en ella, ni en su vestimenta poco convencional, ni en su piel del color de la nuez tostada que evidenciara su vínculo con Francia. Por el contrario, su exotismo neutral, lejano y desinteresado, sumado a la ignorancia de estos hombres respecto a las posesiones coloniales de los países transoceánicos, la ponían a resguardo de cualquier suspicacia.
A los pocos días, el sombrío burgués y su pintoresca esposa ya se habían convertido en la sensación del pueblo y todo Cuyo. La gente no entendía su jerga, no entendían esa unión. La recelaban, la envidiaban, la admiraban.
Nura parecía florecer en ese desierto. Exhibía su esbeltez entre rollizas; su cuello fino, privilegio de la dieta mediterránea era adulado por mujeres tierra adentro, de buches grosos. En tierras donde reinan los almidones y cunden las afecciones tiroideas, Nura, -que había aspirado suficiente brisa marina, y el yodo rojizo como las casas de su aldea, impregnaba sus células para toda una vida-, reinaba. Y Nura...esconde. Esconde su tercer ojo, el de la intuición, ese que le permite ver como en un mapa el rumbo de las fuerzas cósmicas, bajo una pequeñísima gema que brilla entre sus cejas;..y una bolsita de fieltro que en su intimidad descose de su enagua antes de ser lavada, y con diligencia vuelve a coser a su entretela limpia, siempre en un círculo interminable.

Nura ahora está preocupada. El escenario político se ha tensado; Francia teje alianzas con Brasil y Gran Bretaña, es posible que pronto se abran nuevos puertos al noreste; las grietas en el poder interno se profundizan y teme por su esposo que marchará hacia el oeste, quizás a Chile.
Las mejores damas de la zona le ofrecen alojarla una temporada cada una mientras dure la ausencia del marido. –¡Ese hombre no la merece! -repiten, -¡aquí estarás cuidada querida!, el tiempo parece que será promisorio en las casas de las esposas de los funcionarios emergentes del gobierno de Rosas y estancieros allegados; esas mismas damas que se mofan de recibir en persona al Restaurador y sus edecanes, se sienten halagadas con su singular presencia.

Nura apura algunas ropas dentro de la maleta y enciende un cirio. Recita en silencio unas oraciones y luego a la luz alargada de la llama descose la bolsita de fieltro de la que extrae un trozo de papel arrugado.
Los trazos siguen tan elegantes como los recuerda, el cartouche de lineas rotas muestran lo que queda del sello de armas del cónsul Mandeville.
Nura lee por última vez las palabras y acerca el papel sucio al fuego.

viernes, 13 de abril de 2012

Relato de Jueves Literario: "Colombia"

La convocatoria de esta semana, a la que llego un poco tarde, la lidera Wendy en su blog. Eurovisión con ojos de mujer, quién nos lleva a tierras colombianas.
El relato que sigue es extenso, lo sé, pero tengan a bien complacerme y leerlo completo, no me queda más que esperar que lo disfruten.


LA GRAN COLOMBIA: ¿HEMOS ARADO EN EL MAR?

El 26 de julio de 1822 llegó al puerto de Guayaquil el bergantín Macedonia procedente de Lima, llevando abordo al General San Martín, recientemente nombrado Protector del Perú. Su destino era reunirse con Simón Bolívar, líder de los ejércitos independentistas del norte y jefe del estado colombiano, a fin de acordar la liberación del Perú, último escenario donde se llevarían a cabo las batallas finales por la independencia de América.
San Martín fue recibido con todos los honores y escoltado hasta el palacio por coraceros uniformados y gente local; las mejores familias habían sido convocadas, todas ellas portando centenares de banderas colombianas. Al General no le quedaron dudas, se trató de una muestra de que la, hasta entonces provincia libre de Guayaquil, había sido anexada a la Gran Colombia.

En los albores de la guerra por la independencia de América, en 1815 Bolívar hace suyo el sueño de Francisco de Miranda, de lograr la integración de toda Sudamérica en una única nación con un gobierno central, para garantía de la independencia de los pueblos que la componen.
El estado que tuvo su creación mediante la constitución de Cúcuta de 1821, fue llamado República de Colombia y estaba comprendido por el Virreinato de Nueva Granada (hoy territorio Colombiano), Capitanía General de Venezuela, Presidencia de Quito y la Provincia independiente de Guayaquil. La superficie total comprendía los territorios actuales de: Colombia, Ecuador, Panamá, Venezuela, pequeñas porciones de Brasil, Costa Rica, Guyana, Nicaragua y Perú.
Desde el caribe llegó un intento de unión, cuando Núñez de Cáceres en 1821 declara la independencia de la capitanía general de Santo Domingo, pero no pudo reunirse con Bolívar que andaba de campañas por el sur, resultando luego invadido su territorio por las fuerzas militares de Boyer, desde el Haití español
.

De la reunión en Guayaquil, que se dio en términos muy elogiosos entre ambos héroes, surgieron consecuencias históricas, políticas, muchos estudios posteriores y un sinnúmero de interpretaciones.
Una de ellas dirá que San Martín estaba políticamente vencido, sus fuerzas eran menores frente al poderío y dominio continental de Bolívar, y que había quedado desacreditado frente a sus oficiales al no ordenar la destrucción del ejército realista en Lima cuando tuvo la oportunidad, cuestión que en los hechos alargó la guerra durante tres años más, ello hasta que fueron libradas las batallas vencedoras de Junín y Ayacucho con las que se alcanzó la independencia total de los pueblos americanos.
Cabe aclarar en este punto que: San Martín había acordado previamente en Punchauca, con el hasta entonces Virrey del Perú, la deposición de las armas, a cambio de que se reconociera la independencia del país y se comenzara el traspaso hacia una monarquía constitucional. Tanto San Martín como otros hombres eran de la idea de que la independencia debía lograrse mediante el establecimiento de monarquías constitucionales que recayeran bien en príncipes españoles, o como pretendía Belgrano: en un descendiente del Incanato, de este modo se garantizaba que no quedaran los pueblos de América aislados tanto geográfica como en espíritu, de los vientos de progreso e ideas liberales que corrían allende el mar.
Este plan, el de Punchauca, tendría dos frentes de fracaso, uno en la propia corte madrileña que lejos de la perspectiva local, muchos ansiaban restablecer el esplendor de épocas de Felipe II, y otro en la visión de líderes americanos como Bolívar, que no querían ningún lazo con Europa ni ensayar gobiernos monárquicos.
San Martín y Bolívar, si bien eran compañeros en la masonería y en sus elevados ideales, eran diferentes estrategas militares e ideólogos. De la reunión quedó como saldo una profunda brecha entre ambos y muchas desinteligencias. San Martín le ofrece ponerse bajo sus órdenes y secundarlo con su ejército para liberar Perú. Bolívar declina el ofrecimiento, a cambio ofrece enviar solo tres de sus batallones. El líder sureño renuncia al comando de sus fuerzas y abandona el campo de batalla a favor del líder del norte, se embarca con rumbo a Lima y luego de allí a Valparaíso.
Resulta interesante para ilustrar los acontecimientos, la carta del 29/8/1822 que San Martín envía a Bolívar donde le dice:
“Los resultados de nuestra entrevista no han sido los que me proponía para la pronta terminación de la guerra. Desgraciadamente yo estoy firmemente convencido, o de que usted no ha creído sincero mi ofrecimiento de servir bajo sus órdenes con la fuerza de mi mando, o que mi persona le es embarazosa.” Luego agrega: “Estoy íntimamente convencido que sean cuales fueren las vicisitudes de la presente guerra, la independencia de América es irrevocable. Pero también lo estoy, de que su prolongación causará la ruina de los pueblos. Y es un deber sagrado para los hombres a quienes están confiados sus destinos, evitar la continuación de tamaños males. En fin, general, mi partido está irrevocablemente tomado. Para el 20 del mes entrante he convocado al primer Congreso del Perú y al día siguiente de su instalación me embarcaré para Chile, convencido que sólo mi presencia es el único obstáculo que le impide a Ud. venir al Perú con el ejército a su mando. Para mi hubiera sido el colmo de la felicidad terminar la guerra de la independencia bajo las órdenes de un general a quien la América del Sur debe su libertad. El destino lo dispone de otro modo, y es preciso conformarse. Con estos sentimientos, y con los de desearle únicamente sea Ud. quien tenga la gloria de terminar la guerra de la independencia de la América del Sur, se repite su afectísimo servidor.”

Se dice que en la reunión de Guayaquil se acuñó la siguiente frase que San Martín dijo a su compañero Simón Bolívar: “hemos arado en el mar”.
Según palabras de Abel Posse, el líder sureño y otros no estaban contentos de cómo iban las cosas, sentían que estaban consolidando una independencia sin contenido. Un grupo de militares, clérigos y abogados asumía en nombre de la democracia el gobierno de repúblicas vacías. San Martín, profundamente desilusionado y previsor de los dolorosos acontecimientos que se sucederían, se autoexilia en Francia donde muere en 1850.
La América que dejó era solo un desierto apenas poblado por gente que miraban pasar las tropas de sus libertadores con total indiferencia, esperando que se asentara el polvo levantado por los cascos....

....A duras penas le asienta en el estomago la arepa de maíz con queso que acaba de deglutir; la mucosa está crispada, lo siente, lo sabe. La preocupación creciente le hace estarse en pie antes del alba. El embarque tiene que estar listo y estibado en el puerto de Cartagena de Indias en tres semanas a partir de entonces.
El aire se siente opresivo allá arriba, parecería que los pulmones se envician de tanto oxigeno. Está fresquito y oscuro aún; los pasos del caballo se adelantan lentamente siguiendo el camino entre arbustos. La hojarasca tostada y húmeda le acolcha los cascos. El animal sacude las crines cuando su jinete le tira las riendas para detenerse, y desmonta. Es una trama oscura la vegetación que se extiende por donde mire, fragante, lo envuelve como la neblina densa que persiste....ya casi se desvanece, en unos minutos se hará la luz....minutos eternos que lo separan del día que comienza...-¡paciencia!-se dice, mientras: toma un fruto rojo del cafetal en sus manos y lo huele largamente, lo mete en su boca invocando al sabor dulcecito para que le acompañe.....

Nota: El estado: La Gran Colombia creado en 1821 pereció en 1831. No soportó las diferencias políticas y tensiones regionales. Tal como presuponían los hombres de la talla de San Martín, a esto siguió un siglo de conflictos y guerras intestinas. Liderazgos de caudillos, injusticia, desigualdades, robos y el desangre de los pueblos en tierras vastas y ricas que condenaron a los americanos al aislamiento y ostracismo por mucho tiempo, aún sus consecuencias llegan hasta nuestro días.
Simón Bolívar falleció en Santa Marta en el año 1830
.

viernes, 6 de abril de 2012

Relato de Jueves Literario: ¡Ay que desgraciado/a soy, tengo obras en mi casa!

Nuevamente en casa de Gustavo, quién lidera la convocatoria de la semana, allí mas dramas de la contrucción


¡AY QUE DESDICHADA SOY, LOS OBREROS NO ENCUENTRAN MI CASA!

Mi casa sufre, se siente fea y vieja, y aunque no lo supe de inmediato, lo sé ahora; los signos son inequívocos.
...Será mejor que empiece por referirle los hechos que lo indican, así puede usted mí estimado, tener una dimensión acabada de la gravedad de cuanto le digo y de la consiguiente solicitud: ¡tenga a bien tomar debida nota de las coordenadas de mi morada que tanto le necesita!...
...De la nada y sin motivo aparente los techos sobre mí se esponjan y una llovizna finita, lastimosa empieza a caer insistente sobre los muebles y mi persona. La luz escapa y mi casa parece achicarse al tiempo que un rumor de trueno crece como si miles de patas batieran los suelos, trajeran olor a tierra mojada y anunciaran la llegada próxima de una marabunta dispuesta a arrasar con todo a su paso.
Anticipándose a la crispación en aumento: los colores de las paredes se arrebatan, el perro huye despavorido y el emplumado que no puede por estar enjaulado, se embucha el miedo y se queda inmóvil, reconozco que valiente, tras su enorme papada.
Con fuerza escalonada mi casa descarga metrallas de llantos y algunos, furiosos, aturden como agudos de trompetas. A poco llueve a mares y las lágrimas se convierten en cascotes de hielo que castigan los pisos. Pronto corren aguas servidas y flotan por igual renacuajos que desperdicios. Los vidrios se estremecen, el aire escapa por las ventanas al tiempo que mi casa agita las cortinas de pura frustración y yo, impotente, trato de calmarla. Le acaricio las grietas que le cruzan las macilentas paredes de zócalo a techo; inútil le repito con mis labios pegados al grueso revoque: “que sus marcas traducen su expresión”...pero,...no hay cal que seque las superficies chorreadas ni beso que consuele ciertamente. En breve los sollozos se hacen gemidos ahogados, las piedras quedan hinchadas y las juntas de sus lagrimales inflamados. Solo las raíces parecen alegrarse; se deslizan por debajo de las puertas para saludar, y fosforece el verde traidor...
...Le ruego: ¡no olvide mi estimado enviarme entre sus obreros maquilladores, aquellos que sepan de revoques con peine fino y de fijadores con brillo nácar!...

jueves, 15 de marzo de 2012

Relato de Jueves Literario: "El Cine"

Esta semana vuelvo al ruedo y me sumo a la convocatoria que lidera Mónica en su blog: http://neogeminis.blogspot.com/, por más pelis, dirigirse allá


» "He vivido la época en que se temió que el cine se viera desplazado por la novedad de la televisión. Pero no he compartido ese miedo porque sé que la radio y los discos no pueden destruir la ópera. La televisión no ha podido acabar con el cine porque la gente quiere estar allí, quieren ser los primeros, quieren oír las risas de otras personas".
Billy Wilder

GOOD MORNING, JULIA

Julia esperaba parada en la puerta tapiada del viejo cine a que se le unieran sus vecinos. Habían acordado previamente que esa noche realizarían un abrazo simbólico a ese titán de ladrillos sepiados, único sobreviviente a la modernidad, la tv y los dvd.
Por largas e infructuosas horas habían discutido en la junta local con los representantes de la empresa cuyos planes consisten en levantar un centro comercial en el lugar que hasta ahora ocupa el baluarte del séptimo arte; y habían concluido los habitantes del pueblo: que cualquier acto de resistencia sería inútil y pequeño frente a la acción de los poderosos.
¡Nada de eso importaba a esas alturas!, irse a casa sin decir más significaba consentir el robo de los valores; para Julia expresar su protesta era una cuestión de principios y esperaba una actitud semejante de sus vecinos. Pero ahí estaba ella, sola, con su termo de agua caliente bajo el brazo y su equipo de mate apoyado en el suelo, a sus pies.
Con el correr de las horas el impulso inicial que había animado a los vecinos a plegarse a la protesta, se había ido desvaneciendo con excusas débiles mediante.
-¡Julia, no se me ofenda pero yo me voy a ir retirando...! mañana madrugo sabe!
-¡Julita es una lástima, de mil amores me quedaría, ¡esos hijos de su madre!, ¡ay!!, ¡cuando lo pienso me da una rabia!! ¡No sé qué haría mira!,...pero los chicos mañana tienen escuela...cualquier cosa que necesites: ¡chista!
Todavía quedaban rezagados en las calles que apuraban sus pasos evitando cruzarse con la mirada acusadora de Julia; pronto el pueblo quedó desierto. Por suerte la luna llena estaba allí en lo alto del cielo, luminosa y clara para brindarle apoyo.
Julia sabía que detrás de las rendijas y puertas que se cerraban las miradas curiosas seguían sus movimientos. "¡Manga de tibios!, ¡a la primera de cambio se meten en sus casas!"; no obstante, siempre contaban con ella, con Julia la leal, Julia la sólida, la que no tiene marido ni hijos que le esperen en casa, solo una madre anciana que por entonces ya estará en brazos de morfeo gracias a las píldoras rosadas.
Tenía un nudo en la garganta y unas ganas locas de llorar, en cambio: se sentó en su banquito, se alisó la falda con las manos y con gestos ampulosos e histriónicos se rodeo el cuerpo con la soga que sujetó de las maderas que obstruían la puerta del cine, eso: por si la policía intentaba apartarla, aunque estimaba que no harían nada hasta la mañana; después de todo ella no representaba una amenaza.
Al poco que la brisa fresca envolvía su cuerpo y el líquido tibio de los mates cebados le caldeaba su interior, unas extrañas figuras longilineas y etéreas, esmeriladas por niebla gris, entraron en fila al edificio tras suyo por las grietas de la tapia. Desfilaban antes los ojos de Julia hombres y mujeres vestidos de gala en tanto la luna resaltaba el brillo perlado en los cuellos estirados. Le rechinaron los dientes por el fru-fru del satén, le llegó el eco de las risas apagadas y las estertóreas y le alarmó el estruendo de los descorches.
Una figura reparó en ella y en su evidente tristeza; -¡toma!, en ninguna de tus crisis te he visto tener un pañuelo, -le dijo un hombre robusto de mirada insolente y gruesos bigotes al tiempo que le alcanzaba un pañuelo blanco. -¿Qué dice?, ¿a qué crisis se refiere?, -se preguntó Julia que se sintió en evidencia, sola y con profundos deseos de llorar. "¡Aquí estoy, mirándote nena!", las palabras salieron debajo de un panamá ladeado, envuelto en el humo que le siguió a una larga pitada.
Alguien le estiró la mano; alzó su rostro y vio una sonrisa amplia de dientes blancos que le trajeron evocaciones mezcladas de bailarín y zorzal criollo. -¡La fiesta espera!, -le dijo el de la sonrisa dentada; ella dudó, no tenia vestido propio para una fiesta, pero... finalmente se dejó llevar...
Al amanecer la encontraron los primeros transeúntes. Estaba desparramada sobre su banquito, la falda arrugada, el termo aun aferrado con fuerza bajo el brazo, la cara a un costado, le cruzaba la mejilla un surco de baba seca y le salía un ronquido audible de su boca abierta, al tiempo que los perros del barrio se arrimaban a husmearle sus partes.
Los vecinos no podían disimular la impresión que les causaba ver a Julia desprovista de su correcta y acostumbrada postura. Todo en ella lucía grotesco y sabían que la mujer se lamentaría luego; sin embargo, había algo que en ese paisaje vergonzoso desentonaba; les llevaba un par de segundos a las vistas culminar el recorrido en un par de pies calzados con tacones de charol negro y hebilla de strass, que brillaban bajo los tímidos rayos de un sol que prometía irradiar.

jueves, 9 de febrero de 2012

Relato de Jueves Literario: "El arte de observar"

La convocatoria de esta semana supone jugar con la observación. El relato debe versar sobre algún aspecto, todos, o cualquier interpretación, situación que nos dispare la siguiente foto.
Hay mas observadores en lo de Matices: http://maticesdecolores.blogspot.com/

Cola para ver el final de....
Foto cedida por: ElSilencio en Devianart

¿QUÉ VER, QUÉ DECIR?

¡Vaya fraude!, ¿y ahora qué?.....
Podría dar un grito que atrajera la atención de los ojos asombrados de allí abajo y espetarles que esto es una gran estafa, y cual justiciera enérgica: encabezar la columna de furibundos e irrumpir en las oficinas del responsable para armarle un escándalo...o... puedo darme la vuelta y bajar con el cuerpo ladeado cuidando de no caer, con la frente en alto, como si estuviera descendiendo los escalones de la piazza Espagna en un desfile de alta costura, para finalmente: retirarme con el orgullo bajo el brazo, pero....¡No!; Querrán comprobarlo por si mismos en el primer caso, y para lo segundo: es demasiado pronto para darme por vencida....¿Y si de verdad hay algo ahí de lo que no me percato?...
¡Nada!, no hay ruidos solo un sonido de altura, apenas una brisa que chifla como si pasara entre las rocas, ¡y esa luz!, tan blanca, cegadora.¡Sería un milagro si logro tomar una foto de lo que sea que haya allá, con un diafragma mas fruncido que el ceño de mi vecina!
Me siento lejana, sola en la cumbre de un altar, como si me tocara hacer los oficios de algún ritual....¡bueno!, al menos puedo meditar....¡Sí!, ¡eso es!, puedo decir a quién pregunte que aquí hay algo que...¿promueve?, ¡si, ahí está!, que promueve la meditación. Es lo suficientemente vago como para que cada cual lo ajuste a su interpretación, y además: no estaría mintiendo....
Tengo entumecidas las piernas, ¡uyy!, voy a moverlas cada una a su turno, apoyo mi peso sobre una, flexiono un poco la otra...¡sí!, efectivamente ese crujido vino de mi rodilla, cada dolorido tendón está reclamándome atención. –¡Ya va chicos!, unos segundos más....Apoyo la mano bajo mi barbilla en pose de sabia por si alguien está mirando, jajj!, -es el último vistazo, ¡lo juro!

jueves, 2 de febrero de 2012

Relato de Jueves Literario: "Persona que es curiosa, tiene refrán para cada cosa"

La convocatoria de esta semana la lidera Verónica Marsá del blog: http://hel-leniko.blogspot.com/. La consigna es incluir al menos dos refranes en un texto, ¡misión cumplida!. Hay más refraneros en lo de Vero.


LA DOCTORA QUIERE TANGOS -REMIX

-¡No son horas estas para que una dama salga de su casa!, ¡Mjjmm!, ¿dama?, ¡faltaba más! así le digo entre nos para no afectar la sensibilidad suya Marguita...que: a buen entendedor, pocas palabras.
-No sé de quién me habla Rufina.
-¡No se haga la desentendida Marga que lleva largo rato con la facha asomada tomando el fresco!
¡Cuanta altanería!, pensar que la doctorcita de día parece mujer de casa guardar. Si hasta cuando mira por arriba del hombro parece que dijera: ¡A mi nadie me pisa el poncho!...y sin embargo de noche…de noche: ¡la decencia le queda bien tapada bajo gruesas capas de rimel!
¡Véala Marga!, con ese aire de mosquita muerta parada en la esquina esperando un coche que la lleve a la milonga.

En la esquina la mujer impaciente da giros y contragiros cuidando de apoyar solo las puntas de sus pies calzados en fina cabritilla negra, pues teme trastabillar a causa del poco sustento que le brinda la redondez del empedrado.”

-Así como la ve Marguita, a la doctora se le da bien el firulete...¡aja!. Dicen que la han visto en antro de mala muerte y peor beber, gustosa de bailar enlazada dibujando cortes y quebradas con esos tobillos finos, ¡que de suerte le responden con gracia!, porque de solo verlos: se conoce que tienen vocación declarada para el esguince.
-¡Mmm!....a mi no me parece mala Rufina.
-¡No mala, pero no haga que le recuerde Marga que el infierno está lleno de buenas intenciones!, ¡Uff!...¿qué me dice Marguita?, ¿haríamos un buen servicio advirtiéndole a la doctorcita sobre las habladurías de la gente?
-Mejor no Rufina, ¡cada cual a lo suyo!

Las fotos corresponden a la película: "La doctora quiere tangos" cine argentino, 1949.

jueves, 26 de enero de 2012

Relato de Jueves Literario: "Brujas"

La convocatoria de esta semana la lidera Inma Brujis del blog: http://cuatrounduro.blogspot.com/. Mas brujerías se encuentran en lo de la anfitriona.


MORENA DE OJOS BRUJOS

Isabel, la única morena de las hijas de Don Ignacio Loyola y Manuela Duarte, es dueña de una belleza que hechiza.
Ni los pesados encajes de los vestidos que le cose Doña Manuela cubren su natural seducción; ni consigue escudar su cuerpo de las miradas, mucho menos de los pensamientos impuros, el rosario que vehemente pende de su cuello.
Su fama se extiende a lo largo y ancho del Camino Real. Se sabe de sus atributos en Caroya, en San Francisco del Chañar y toman nota de los destellos que lanzan sus cabellos oscuros bajo la luz del sol, tanto como de la negrura de sus ojos almendrados: los viajeros en la posta de Sinsacate.
Ojos brujos dicen tiene la más hermosa entre las hijas de Loyola, y es claro que luego de verlas a todas: ninguna confusión podría alegar hombre alguno sobre el mérito acusado, cuyo olfato e instinto funcione con la salud de un reloj.
Aquel soldado raso que camino del Alto Perú marcha, está condenado por la fama que precede la excelsa presencia de Isabel: a procurar su compañía, como al néctar los abejorros.
Bajo la influencia de los efluvios etílicos de un vino recio afloja-lenguas, el muchacho que se siente embriagado por el perfume de la piel sahumada, -afecto a la declamación-, le declara su amor a Isabel y jura llevarla a Lima donde según sus palabras: "será vestida con lujos y su encantadora figura será sobresaliente entre finas damas”
Isabel, la morena entre blondas quiere escapar de la familia y pueblo donde no encaja, por lo que esta vez, contrariando el habitual desdén con que responde a los galanteos persistentes de los hombres: escucha con disimulo, pero con atención las palabras del soldado.
"He ahí el gallo de estampa negra como la noche, pendenciero y feroz, que ha de trabarse en toda riña que sea bien provista". Asegura el joven: "será el portador de la fortuna que escolte a la pareja hasta Lima, la de callejuelas señoriales y balcones floridos”
La gente se arremolina en el baldío atrás de los corrales junto a los ejemplares de crestas rojas, que pronto se echan encima el uno del otro con determinación asesina, mientras avivan el combate a muerte con gritos y ademanes toscos.
Los hombres que en el descampado no necesitan esconder su afición a la pelea ni disfrazar sus emociones, envidian sordamente al soldado que es dueño del gallo negro y del favor de la morena de ojos brujos. Esos mismos ojos brujos cuyo brillo parece resplandecer en el iris de los diminutos orificios bajo la cresta roja del negro bravucón.
Ahora se repliega como en una danza sensual,...ahora se acerca dando pequeños saltos de vuelo rasante y se impulsa por sus alas de plumas sombreadas, y atrae a su oponente a la trampa de su espolón en el que brilla la navajuela que limpia: se clava en el pecho del retador, al tiempo que se escucha el eco seco del metal ensartado.
Por fín: se lleva el último soplo la muerte; se asienta el desparramo de plumas ensangrentadas; ...y enmudecen los hombres que tienen la rudeza de las pampas en los rostros.

jueves, 19 de enero de 2012

Relato de Jueves Literario: "Desde el corazón"

La convocatoria de hoy la lidera Ma. Jose del blog: http://blogdemjmoreno.blogspot.com, que nos pide escribamos algo que surja del corazón, y la verdad es que todos mis relatos han surgido de algún lugar de mis entrañas, así que bien podría cualquiera de ellos cumplir satisfactoriamente con la convocatoria. Sería incapaz de elegir. A continuación: Relato de un corazón


CORAZÓN ANODINO MARINADO EN SALSA DEMI-GLACE

Las comisuras de sus labios se estiran dibujando una media sonrisa. Las aletas de su nariz vibran ligeramente e indican que su olfato exquisito está satisfecho. Acto seguido revuelve la junta portentosa: jirones de carne aún púrpura, tendones brillosos, cebollas de acidez astringente, hinojo anisado, papines de pulpa cremosa y aroma de la tierra, que se cuecen sobre patina de óleo trufado.
Con ademán parsimonioso le arroja al sofrito unas hojas de verde salvia de sabor intenso, le muele pimienta negra en grano por encima y por último: le vierte un chorro generoso de un Malbec joven y frutado.
Prueba el fondo de cocción y se le escapan unas lágrimas a causa del rastro escaldado que el líquido deja en su paladar, al tiempo que asiente: ¡No desea sabores condescendientes ni alquimias tibias!
Ya en la mesa se sirve una copa de vino, esta vez: de un robusto Cabernet Sauvignon de textura aterciopelada. Su mano delicada ensarta el tenedor en la carne firme y corta un pedazo que se lleva a la boca, en tanto pega su espalda al respaldo de la silla en una postura artificiosa. La servilleta hace equilibrio en su regazo y sus dientes se dan a la tarea de masticar la porción que le parece excesivamente fibrosa, áspera y de sabor brutalmente mineral.
El corazón le da un vuelco antes de tragarse el bocado; se palpa bajo la blusa, detiene su mano, la aprieta con fuerza en el pecho y escucha el tamborileo rítmico, constate y decidido -que suena como los cascos de una tropilla de briosos caballos al galope-, de su corazón de primera calidad, y respira aliviada.
Una vez la escuché lamentarse de tan injusto y pobre intercambio. Aseguraba “haber recibido de él un corazón simple, de costados flacos y razones débiles a cambio de uno honrado y de doble yema”.
-¡Son ciertas las afirmaciones de aquellos que me decían que su corazón era oscuro!, -admite-. ¡Pensar que cabe literalmente en un puño!...el suyo.
Mientras cercena los trozos de la víscera comprende con pesar: que esa carne de cepa anodina, de sabor hostil y membrana resistente como el reproche, le traerá indigestión.

sábado, 7 de enero de 2012

Algo que decir sobre decisiones que importan

Hace mucho que no escribo sobre nuestra travesía personal y la búsqueda de ser padres. La verdad es que cuesta retomar el punto donde deje de contar, pero lo voy a hacer aunque la pereza y el dulce devenir de las cosas me aplanaron la pluma para estos asuntos; creo que ya es hora de ser leal con todos aquellos que se arrimaron con tanto cariño en los albores de este espacio, y con las queridas “compañeras de ruta”. De otra manera, éste nuestro viaje parecería desvanecido en el éter, disuelto como café instantáneo en una taza de agua caliente.
Siempre pensé que al final de esta experiencia habría un buen puerto, soy de las que creen que con tesón los círculos entran aún forzados en los rectángulos. Ahora creo que esto es una verdad a medias y tengo que admitir que el tiempo afecta de maneras insospechadas a las personas, pero esto ustedes ya lo saben; a veces las relaciones se quiebran, y para otros: el deseo se fortalece al punto de preguntarnos: ¿si no estamos siendo demasiado necios en esto de querer torcerle el brazo a la naturaleza? Lo cierto es que lo que se templa a la fuerza: es la espera, los sueños mutan, evolucionan, y nosotros también.
Desde hace unos meses RAT y yo estamos en lista de espera de una donante de óvulos.
Para los que conocen el tema la explicación sobra, para los que no: se trata de esperar que la clínica donde estamos anotados encuentre una donante compatible conmigo en términos fisiológicos y fenotipo. Las donantes pueden ser otras pacientes de la clínica que realizan tratamiento de fertilización in Vitro por factor masculino y al no tener problemas con sus óvulos, deciden donar una parte de los que les son aspirados en la intervención, o bien pueden ser mujeres reclutadas por el programa de ovo-donación, que se acercan a las clínicas por diversos motivos, suelen ser parientes o amigas de mujeres que ha pasado por lo mismo.
¡Fue difícil tomar la decisión!,... más bien lo difícil fue llegar hasta el momento de tomar la decisión porque parecía que habíamos perdido el control, que las circunstancias nos empujaron, que a pesar de haber probado con todo: acupuntura, homeopatía, hice un tratamiento de cuatro meses con una prohormona experimental, cambiamos algunos hábitos alimenticios, abandonamos algunos alimentos e incorporamos otros (eso estuvo bien y lo continuamos practicando) tome pócimas, hierbas de factura casera, leí y puse en práctica cuanto material encontré al respecto y que me pudiera ayudar, (además de las 3 fertilizaciones asistidas de baja complejidad, las otras 3 intervenciones de alta complejidad, mas una suspendida y un embarazo malogrado) y aunque nuestras fuerzas y ganas nunca decayeron, la verdad es que nuestro ánimo terminó por rendirse ante una perspectiva tan pobre.
Con todo creo que nuestros pasos nos trajeron hasta acá en el momento justo y no antes, la decisión en si: fue fácil, y una vez que lo hicimos los pensamientos empezaron de a poco a acomodarse con una naturalidad sorprendente.
Cuando abandonamos la clínica esa tarde en lugar de tomarnos un transporte que nos devolviera a casa en la puerta misma, caminamos varias cuadras hasta Plaza Italia, conversando, pisando con fuerza las veredas de la ciudad, sintiendo que adentrábamos los pasos en nuestro futuro, porqué habíamos empezado nuevamente a proyectar.

Hacer el “duelo genético” es duro. Darse en la cara con esto de que: aquello que me viene por la sangre, la nariz de...los ojos de...se termina conmigo, es casi...casi una pequeña muerte. Pequeña, y desdramatizable, ya que de otro modo: me parece que no les hago justicia a todos aquellos que todos los días superan estas y otras dificultades.
El primer sentimiento culposo es el de haber abandonado “la lucha” justo cuando nos habíamos convertido en buenos peleadores.... ¿Y...y, si la enterramos y todavía respiraba?; no faltaron las personas que conocedoras del paño me dijeron: “los médicos siempre dicen a todas lo mismo, mira lo que le pasó a fulanita...a menganita”
Es cierto que los médicos suelen aconsejar (léase: insisten) a las pacientes para que opten por la ovo-donación cuando se las ven difíciles, muchas veces sin profundizar en los casos. Dicho por ellos mismos: este procedimiento insume hoy casi el 40% de la totalidad de los que se llevan a cabo, con una proyección cada vez mayor, y debido a las altas tasas exitosas: hoy prefieren tener la imagen de sus clínicas asociadas a este éxito rápido y seguro. Conozco experiencias de gente que perseverando con sus propios gametos ha fracasado y otra que lo ha logrado, por eso en el fondo la decisión no deja de ser también en parte: una elección.
Ya que he asumido el compromiso de ser honesta, debo decir que esa sensación del principio, con los días va cediendo paso a otra. La mente destrabada de una frontera tan próxima impuesta por los resultados magros se deja llevar por la tibia luz del logro alcanzable. Esta vía se convirtió en una posibilidad amiga, real, cercana y acariciable de ser padres, y por tanto la abrazamos. Y de a poco se entra a una planicie cómoda donde el propio cuerpo, que se ve liberado de duras y frustrantes exigencias –que otra buenamente asumirá en mi nombre-, con placer inesperado: me lo agradece.

Esa noche, luego de “esa” tarde, tuve un sueño. Soñé con toda nitidez que RAT y yo estábamos en una casa vieja y debíamos arreglarnos para trepar con nuestros brazos por los estantes de una biblioteca llena de libros y otros objetos viejos y desvencijados. Otros ya lo habían hecho antes que nosotros. RAT lo intenta y trepa sin problemas, luego es mi turno y comienzo a trepar los estantes desnivelados con cuidado de no caer ni tocar los libros, pero cuando llego arriba me encuentro con varias copitas de cristal alineadas en un estante superior. Pienso que es evidente que están allí desde hace mucho tiempo porque están visiblemente sucias. Un sentimiento de pena se me cruza por ese alguien que se tomó el trabajo de colocarlas allí, a la vez que me siento perpleja y algo enojada de encontrármelas en mi camino ascendente y de vérmelas en la posibilidad clara de romperlas. ¿Por qué a mi, si otros lo hicieron antes sin problemas?
Decido seguir a pesar de esa eventualidad, miro abajo y está RAT, sigo y aunque ya no veo las copitas siento que algo se mueve y ya no necesito mirar hacia abajo para comprobar que cayeron. Luego el sueño sigue en otro lugar de médanos, nosotros en una camioneta... etc, etc. Lo recuerdo bien porque se lo conté a RAT apenas me desperté. Traté de buscar la interpretación, pero solo encontré algunas referencias genéricas y aisladas sobre los elementos del sueño. Como sea, no tengo que ser muy astuta para darme cuenta de que se refería a una pérdida.
La casa y la biblioteca es la de mi abuela, “esa misma casa de la que no quedó ni los cimientos”...¡si! ¡hay conexiones bajo nuestra corteza!, ...y es que a veces me pongo en ese plan de trazar los vínculos y atender las señales del universo, y me maravillo y pienso que hay pinceladas de fina ironía trazadas por ahí, que si uno no estuviera tan involucrado podría hasta aplaudirlas; y otras tantas las ahuyento a manotazos como a las moscas de verano.
Sé que el cristal me fue caro y sucede: que a veces se rompe; que mi “herencia” tendrá que ver con la madera de esos estantes: fuerte, de vetas desiguales en la superficie que le imprimen belleza e identidad y sostienen como brazos. Tendrá que ver con esos libros de viejas historias en páginas amarillas y con los de grandes espacios blancos: que esperan nuevas historias de letras danzantes....y la mirada color del mar en días soleados de los ojos de RAT, que como en el sueño: me miran.