JUICIO Y CASTIGO
Justicia y condena se entremezclan como si fueran fuerzas
equivalentes; lo mismo da para esos hombres.
Arriba el cielo se extiende hacia ningún lado, ningún
horizonte presta consuelo en esas horas aciagas. El gran cielo y la tierra
mezquinada por las aguas, forma una superficie de lo que parece una pequeña
isla pedregosa; apenas una escaso tapete de lava antigua arrojada por una
pústula en la dermis marina; que apisonada
por los vientos, se empeña vanamente en existir. De poco sirve; se traga el mar el corto esfuerzo de la piedra
y el largo aliento de las nubes.
¿Botellas?, ni una; ni alforja, saco, bota (acaso la sola
ocurrencia da risa) que pueda llevar un mensaje nacido trunco. Han de morir con
ellos las esperanzas rotas, la advertencia póstuma, el escarnio ahogado.
De la mano de la tarde, avanza sobre la arena la sombra de
la horca improvisada por los hombres de Magallanes. Apenas dos maderos de abeto
cruzados, dispuestos por si quisieran los criminales aliviar su agonía y
acortar las vidas, acortadas ya por el abandono en isla estéril.
El patíbulo se viste con los colores del destierro, la nada
clama. Nunca el destino para Juan de Cartagena y Sánchez de la Reina ha sido más
finito que el de esas horas oscuras, a tono con las coordenadas de final de
mundo.
PD: En el bajo de San Julián, que es una depresión natural
situada en la costa marítima de la Pcia. de Santa Cruz, en la Patagonia, pasó
el invierno la tripulación de la Nao Victoria al mando de Hernando de
Magallanes en su ruta de la vuelta al mundo, en el año 1520. Allí se dio un
motín por algunos hombres que no querían seguir la aventura, a algunos se les
dio muerte, y a otros como el cabecilla Cartagena y al cura Sánchez de la Reina
se los abandono en un islote llamado Justicia, donde hoy solo existe una réplica
de la horca improvisada en la ocasión. Se dice que en Puerto San Julián se rezó
la primera misa en estas tierras...
17 comentarios:
Me alegra Ceci volver a leerte, y recorrer con tus descripciones maravillosas los rincones más desconocidos, en este caso un momento de la historia, un viaje al más allá y !pobres! sin la posibilidad de poder comunicarse.
Besitos para el bebecin y un gran abrazo para los papis.
Qué alegría volver a disfrutar de tus letras. Has vuelto inspirada por la historia. Me ha gustado pues no sabía de esos hechos.
Imagino que Manuel está cada día más guapo. Un abrazo para él.
Besos.
Leonor
jo! que interesante! bienvenida!!!
pero yo quiero historias de bebes!! besos
Estupendo Ceci!...con tu estilo histórico localista que ya extrañábamos!
Me alegra saber que tu rol de madre te permita al menos un ratito para nuestros jueves!jejeje
Un besito
Que bien Ceci, volver a saber de ti, y de tus jueves que tanto se disfrutan, espero que tu bebé te llene de alegría....los paisajes de tu botella me han regalado un bello rato donde me perdi en tus letras.
Besos y mimos para tu bebé.
Ceci, te encontraba a faltar mamasita, dale cariñitos al bebé y al papá.
Siempre evocas fragmentos de historias venidas de la memoria, esta vez les dieron cruz a los náufragos, tal vez se salvaron convertidos en Robinsones, que de la justicia del poder poco espero...por soñar.
Besito contento de leerte.
Qué angustia debieron padecer los protagonistas de tu historia, mamá Ceci. Y con qué crudeza e intensidad lo relatas. Tus letras son estupendas. :)
Besos.
Leerte otra vez! Y has venido con un relato que estremece... la desazón, la desesperanza, el frío... Cuántas sensaciones en esas horas decisivas, donde la vida ya ve deshilachado todo su valor.
Tu modo de contarlo le da una carga tan vívida que aumenta el dramatismo del hecho.
Un beso y otro para tu baby, que seguro crece divinamente.
Gaby*
"LA NADA CLAMA" decis... con tu decir tan especial.
Siempre bueno leerte y saber que en tu tiempo hay tiempo para un jueves.
Muy bueno Ceci!! verte y leerte.
BESOS A LOS TRES!!
Que tristeza e impotencia debieron padecer ante tanta incomunicación. Me ha resultado un relato ameno, aún más tratándose de un hecho histórico.
Un abrazo.
Qué lindo volver a leerte Cecy!!! Tu relato es triste, cuenta una historia de un destino final muy duro.
Una historia que no conocía.
Espero que estén todos super bien disfrutando de hermosos momentos.
Un beso enorme.
Feliz de leerte de nuevo y de volver a conocer, de tu mano y con tu estilo.
Tremendo imaginar ese final de Juan de Cartagena y sus compañeros.
Muchos besos.
Hola Tocaya.
Felicitaciones porque ya eres Mamá Ceci.
Esos también son mensajes que nos deja la historia, que muy a pesar no son escuchados, solo sorprende para volver a repetirlos, aunque las manos que lo azotan sean distintas.
Un abrazo :)
Buena dscripción de los últimos momentos de esos pobres hombres.
Un abrazo
Querida MamaCeci, una vez más, nos regalas con preciso virtuosismo un cuento para el deleite.
Un placer leerte de nuevo.
Besos
Un placer leerte. En cuanto al relato, estoy entre dos aguas: escrito de forma magistral/relato triste.
Un beso
Un auténtico deleite volverme a enfrascar en la lectura de tus letras. Te han bautizado como MamáCeci y no creo que haya un título más hermoso. Rememoras un motín en un rincón que cobra vida y belleza gracis a la magia de tu forma de escribir. Cruel destino el de esos dos amotinados que veían a diario una vía de escape en esos maderos atravesados a modo de horca. ¿Sobrevivirían?.
Un abrazo.
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