Mañana es el dia de los Reyes Magos y yo he decidido darme una oportunidad de congraciarme con los legítimos dueños de la ilusión de mi niñez. Esos por los que uno hacia buena letra todo el año para vernos recompensados con creces la mañana temprana del 6 de enero.
Depositarios indudables de toda esperanza residual, en cuanto se tratara de obtener los juguetes de nuestros sueños. Aquellos que durante el año no habían sido alcanzados por los allegados de carne y hueso en cumpleaños, dia del niño etc, nuestra esperanza los arrastraba con toda la fuerza de la fe y el deseo hasta esta última instancia, poderosa, mágica.
Sé que estarán sus majestades ocupados justo hoy, que digo?, ocupadísimos!!
Así que sin más, les hago llegar mi deseo mas ferviente en esta carta, al solo efecto de arrancarles una mueca sonriente de sus rostros.
Sepan disculpar desde ya mis queridos reyes magos, lo deplorable de la rima y la asimetría de sus versos. No he querido más que tener una muestra repetida de generosidad, de las tantas que tuve en mi vida.
Ahí les va:
Bs. As. 5 de enero de 2010.
No es mi intención con ruegos ni viejos reclamos,
vuestra sagrada misión importunar.
Solo deseo apelar a su real intermediación,
para que con cortesías de ocasión,
a quien corresponda solicitar,
que mi hija/o ya no se haga esperar.
Desde que en mi casa niños no hay,
y yo, desde hace tiempo niña no soy,
innecesario será aclarar,
que el largo silencio mutuo,
nos ha puesto a olvidar.
De chica mi deseo vehemente,
sobre un par de patines se posó.
Ese año una muñeca rubia,
en cambio mi anhelo recibió.
Sucesos raros y tamaña decepción,
el recuerdo de esos días mi mente grabó.
Eran tiempos difíciles en mi país, año 1978 refiero,
tengan a bien recordar.
Seguro en sus registros, con cuidado han de obrar.
Ese año, a mi padre funcionario honesto,
manos finamente enguantadas, que galones suelen acariciar,
tuvieron por designio, y por autoridad,
de su puesto arbitrariamente apartar.
Rumores domesticos y amenazas de carencia,
por el destino de mi regalo me hicieron temer,
pese a que el vínculo entre las arcas de mi padre,
y el regalo de sus majestades, no alcanzaba a comprender.
Ahí, la intervención de mi primo, a mi corazón alborotado,
brindó tranquilidad, y los rumores amenazantes supo opacar.
Asegurándome sobre vuestra fortuna,
y el estado intacto de vuestra heredad.
“Los reyes tienen mucha plata, dale..! Pedí nomás!!
Así fue que tenaz tarea emprendí,
y con insistencia en pos de mis patines arremetí,
los que en una fecha festiva, no se cual,
finalmente conseguí.
No se me mal entienda, desagradecida no quiero ser,
aquella muñeca rubia que de mi entero agrado fue,
María Noel infantilmente bauticé.
Ninguna alusión al anciano de traje rojo pretendí hacer,
ni celo profesional alguno en vosotros encender,
mas así la llamé, por su semejanza a una actriz de la época,
según mi parecer.
Ay! Sres. que han sido objeto involuntario,
del engaño largamente por adultos perpetrado.
Generaciones enteras entendieron,
que el tamaño e importancia de lo obsequiado,
debian su existencia, exclusivamente a su discreción y cuidado.
La tradición religiosa y popular,
no ha colaborado más que en perpetuar,
desigualdad difícil, si las hay.
Extorsionar y con promesas de regalos lograr,
el comportamiento de niños mejorar.
No obstante es de vuestro entender, que en más de una ocasión,
no hay entre los extremos estrecha relación.
Pues a vuestro intelecto no ha de escapar, que no le hace justicia,
la billetera flaca, a la conducta ejemplar.
Y al tañir de la campana, que marca la hora de salir a jugar,
la suerte del vecino los niños han de comparar.
Y en ese órden, la falta de mérito,
mentes infantiles tendrán por sentenciar.
Niños que con rapidez, hacia la adultez se corrieron,
para, -sus majestades mediante-, en sus propios hijos reparar,
teniendo a la vista reglas de marketing ocasional,
junto a otros adultos continuar, con legado extorsivo y desigual.
Mas como de adultos,
los pecados de otros adultos sabremos disculpar,
sabremos también que la ilusión es vuestra verdadera heredad,
y su destino, ciertamente la bondad.
Vaya a vosotros entonces mi deseo fuerte y sincero,
y podrán de seguro encontrar,
algo de esa confianza pura,
que otrora en vosotros solía depositar.
Y que es hoy de mis patines, querrán vosotros saber?
Con franqueza les digo, que de ellos nada sé.
No obstante en mi descargo diré,
que hasta entrada en mi adolescencia,
de ellos largamente disfruté.
Sin otro particular, aprovecho la ocasión para saludarlos atte.
Ceci
aaa que hermosa carta!! seguro la leeran ! la mi publicada en mi blog la leyeron ...no perdamos la fe! besote y feliz 2010!
ResponderEliminarYo perdí hace años!!!!!! Los reyes, Papá Noel se olvidaron de mí, solo me recuerda la crisis económica y el hay para esto y no para boberías.
ResponderEliminarGracias por pasar y por tus deceos, besos que los reyes te traigan tu pedido.
ResponderEliminarBesos
Chechu... Todo llega. Te juro que cuando a mí me estaba llegando el agua al cuello, apareció mi Juan!
ResponderEliminarTe mando un beso grande y no sé si te lo dije antes, pero disfruto mucho de tus escritos!
Un abrazo!
A!
Gracias chicas por todos los mensajes y los buenos deseos
ResponderEliminarTengo la fe absoluta que todos tus deseos serán consedidos, siempre lograste todo!
ResponderEliminarAH!! los patines fueron encontrados en un viejo placard y desempolvados para ser utilizados por una pequeña niña.