LA BANDA DE LOS GRANDOTES
Las calles de mi barrio son recorridas a diario por pandillas de perros. Van de paseo siguiendo a su líder que los lleva asidos de sus correas como un ramillete de globos de tonos dorados, chocolate, caramelo, azabache, plomo y blanco sucio. Se destaca la banda de los grandotes, que como lo indica su mote, predominan en ella los canes de gran porte.
Andan como si fueran viejos camaradas. Caminan gustosos rozándose las partes y olisqueándose los orificios. Se ocupan en seguir los rastros de orines propios y ajenos. Deambulan displicentes ocupando todos los espacios de la vereda y a su paso barren las baldosas con las pelusas de sus patas. Dejan caer densa baba de las puntas de sus lenguas. Esparcen meo amarillo de a cortos chorritos en una pared, un árbol sin perder el trote. Defecan a las apuradas, mal acuclillados, arrastrados. Esperan en los semáforos y responden a los bocinazos. Solo le ladran a otras pandillas de perros que osan cruzarse en su territorio. Se miden las bandas a golpe de gruñidos de una vereda a la otra mientras son tironeados de las correas hasta que desaparecen, la una siguiendo el viento, y la otra con el viento en contra.
Ni la gente, ni los autos, ni el mal tiempo pueden con ellos.
Nada empaña la promesa de diversión. Ponen sus narices rumbo al parque Chacabuco o al parque Rivadavia y marchan altivos moviendo las cachas peludas al son de una melodía urbana. Escuchan el llamado de los árboles y se beben, a sorbos, todos los rayos de luz tibia.
Pegado a la puerta de entrada a mi edificio, del lado de afuera, está Simón. El Shar Pei tiene el hocico apoyado contra el vidrio y sus resoplidos, para fastidio de la portera, ya dejaron una aureola traslúcida de húmedad con algunas partículas diminutas de quién sabe qué. Solo él se muestra interesado en lo que acontece en el interior del edificio. Espera que su dueña baje a abrirle la puerta.
Los demás, visiblemente indiferentes, esperan recostados en la vereda. Hay un golden retriever que parece agotado. Tiene apoyado todo su pecho y cabeza bajo el cordón como si se estuviera refrescando con el agua inmunda que corre por la alcantarilla. Yo por mi parte hago una mueca de asco al tiempo que hago un voto mental...¡Espero que a sus dueños no se les dé por besarle el cogote!
La foto corresponde a la estación de subte de la calle Puan, en la ciudad de Buenos Aires, a la vuelta de mi casa. Hay mas calles propias con sabor del sur en lo de Any. http://remandoensanignacio.blogspot.com/ Acepción de vocablo Puan: Ciudad ubicada al sudoeste de la Provincia de Buenos Aires. El primer dato historiográfico se remonta al año 1875 cuando Namuncurá se entera de los proyectos de ocupación de estas tierras, y ordena al cacique rumia que se mantenga al acecho de Puan. En ese mismo año se proyecta el avance general de las Fronteras sobre la Pampa por el Ministro de Guerra y Marina de la Nación, Adolfo Alsina comandada por el teniente Coronel Salvador Maldonado, determinando la ocupación de los campos que se extiendan al norte de Carhué hasta "el lugar conocido con el nombre de Puan". El significado del vocablo Puan es materia de discusiones. Hay 22 acepciones distintas.- La traducción oficial de Puan es " Los fantasmas", según reza una placa colocada en el Palacio Municipal. Otros consideran que Puan proviene del vocablo de un cacique llamado Puan. Zeballos, aduce que la palabra proviene de la aglutinación de dos vocablos: Epú- antú"= dos;"Antú" sol. Vale decir: dos soles.
Y de yapa va este tema: Instantaneas de Buenos Aires...
Genial relato, que contiene imágenes que hablan y huelen por si solas.
ResponderEliminarMe quedo con las ganas de saber más cosas de tu calle, lo cuentas tan bien...
Besos
Los personajes de nuestras calles, nos cuentan mucho de ella.
ResponderEliminarSiempre nos enriqueces el espíritu y la "cabeza" contandonos de una manera sutil, delicada, entañable.
Un fuerte abrazo juevero, en sábado.
Las bandas de perros llevados por un paseador en al ciudad se me hacen muy raras. No me acostumbro.
ResponderEliminarEn mi pueblo los perros andaban libres. Con los años muchos fueron huyendo al campo y se armaron jaurías de cimarrones, como en el S. XIX. No sólo atacan ovejas, sino también gente.
Mucha observación se nota en el texto.
Saludos
¿Sabes? tu calle me parece muy interesante, con variedad de chuchos con su vida y milagros, para terminar con una clase magistral.
ResponderEliminarUn abrazo
Tampoco me costumbro a la imagen de los paseadores de perros, para mí el perro es un amigo, no lo sacas a la calle a que se airee, paseas con él, disfrutas de tu entorno con él y cuidas tu calle tambien con él.
ResponderEliminarInteresante los habitantes de cuatro patas de tu calle.
Un beso
Coincido con el Ojo y con Manuel. Los paseadores son como personajes implantados en el paisaje urbano. Y eso que aqui hay muchos menos que en Buenos Aires. Cuando yo era chica, los perros andaban sueltos o a lo sumo era el dueño el que lo sacaba (mi perro salía solo de paseo, no había forma de ponerle la correa)
ResponderEliminarMe encantan tus descripciones, hables de lo que hables siempre se hace interesante.
Un beso
Los paseadores de perros... Siempre me dan la sensación de que son "propiedad" de gente que delega la compañia y el principal sentido de la relación con ésos sus amigos...
ResponderEliminarEs una relación difícil de entender.
Bello relato,
Besitos
Puán, la calle de las letras...
ResponderEliminarEs la realidad de los barrios que se van poblando cada vez más densamente, como el tuyo y el mío.
ResponderEliminarPor suerte en tu barrio están esos dos enormes pulmones que deben ayudar muchísimo.
Yo nunca confié en paseadores, tal vez porque mi perro era chiquito de tamaño, o porque consideraba que si tenía un perro era para tener esos momentos precisamente...
Hoy en día me encuentro con una hija y el reparto de perros se parece bastante al reparto de niños post colegio... y como no podía ser de otra manera, son muy contadas las ocasiones en las que la llevo o la traigo yo. Jugarretas del destino. Por lo menos la llevan y la van a buscar exclusivamente y no rodeada de otros niños.
Genial la foto, con esa perspectiva de la estación de subte (y genial que tengan subte, principalmente!)
Besos!
Lo incómodo y molesto de los paseadores de perros es que muchas veces no se llevan también lo que deja el perro...
ResponderEliminarMe gustó mucho como narras.
Saludos!
Habitantes de cuatro patas, cada uno con sus particularidades, como los otros dos patas que pueblan las ciudades. Así somos así se nos ve.
ResponderEliminarLindo paseo Ceci.
Un abrazo.
Me ha encantado visitar contigo y esos canes tu calle tan lejana en kilómetros y tan cercana por tus palabras. Es maravilloso trasladarse en el espacio por medio de la palabras y los sentimientos.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un beso
Ceci, sos gran descriptora al dedillo, dos relatos nos dejas en la calle.
ResponderEliminarManojo de canes de paseo, agudísima tu mirada, hasta que me siento perrita, casi, con todos los gestos perrunos, sus físicos, y sus necesidades. Se puede andar la calle siguiendo el rastro canino. Me quedo boquiabierta en la boca del Metro ¿qué linea debo tomar?
La calle Puan es de fantasmas lejanos con ecos de dioses solares, dos. Retazo de historia.
Hay que ver tu genialidad narrativa y gozarla letra a letra. Besito.
Estupenda instantánea de tu calle y tu lugar!...la imagen de los perros como ramillete de globos olorosos y babeantes me ha parecido genial!
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por hacernos pasear por tu rincón.
De la mano de esos "paseadores" de perros, (extraña figura), nos has llevado magistralmente por tus calles, nos has mostrado lugares, ambientes, personajes.
ResponderEliminarGracias por acercarnos, sobre todo a los que tan lejos estamos, tu calle, tu barrio, tu ciudad.
Un abrazo.
Alfredo: Gracias, te invito a mi calle cuando quieras!
ResponderEliminarCass: un fuerte abrazo para vos tambien, que tu calle tiene tanto encanto!
Ojo: es cierto lo que decis, esto de los paseadores y de los perros de departamentos es un fenomenos de las grandes ciudades, en el diario de ayer justamente salió una nota de los porteños y sus mascotas, dice que el 78% de la población tiene mascota. Gracias por pasar.
Celia: gracias por tus palabras, un abrazo
Manuel:estoy de acuerdo con lo que decis, pero al final esto de vivir con una mascota en la ciudad, se termina por convertir en un problema urbano más, que la gente trata de solucionar con las posibilidades que tiene a mano. No queda otra! Abrazo
Any, gracias amiga
Maru: si es dificil, pero a la luz de los problemas urbanos se hace mas entendible, y eso que yo no tengo mascota! Besos
Rochitas:..bravo! la calle de la Facultad de letras, gracias por pasar
Lola: juagarretas del destino, viste! al final la entraga de los chicos es como el delivery de perros o de pizzas..en fin!
Maga: Acuerdo totalmente!!! Algunos dueños le ponen la bolsita en la correa a los perros, pero supongo que depende del paseador que obedezca la voluntad del dueño, no creo que lo hagan..
San: así se nos ve, es cierto, te mando un beso
Ma. Jose: Gracias por sentirte cercana, un abrazo
Natalia: Gracias por tus palabras, la linea? linea A, te espero cuando quieras. Besos
Neo: ramillete oloroso y babeante, sí! Ja! gracias por pasar
Pepe, hace mucho que no andabas por acá, gracias por pasar, abrazo
y a mí que me recordó a otro tipo de animales... Además de esta peculiar pandilla callejera, también me resultaron curiosas las raíces de dónde arranca.
ResponderEliminarUn saludo
Ceci me gustó mucho!!! Describiste de una manera genial la actividad y las actitudes de los perros de tu barrio. Es una forma diferente de describir tu calle y su movimiento. Es dinámico e invita a leerlo de corrido.
ResponderEliminarUn abrazo.
XoséAntón: bienvenido y gracias por pasar
ResponderEliminarSindel: aprecio tu opinión, gracias y espero que la próxima te sumes a la convocatoria
Bueno,mordaz descripcion del entorno donde aceras y calles son metamorfoseadas al galope del futuro.Nuevos personajes,nuevas actitudes en este circo de la vida.
ResponderEliminarcariños a ramilletes
Tu calle le pertenece a los perros, bueno, no sé, yo no tengo perro, y la verdad, no puedo decir nada muy bueno de la gente que los tiene en mi ciudad, en mi calle han puesto carteles en algunos negocios pidiendo a los animales que eduquen a sus dueños, y cierto es que les hace falta.
ResponderEliminarPor demás, bien contado tu relato, y muy interesante la parte histórica que nos regalas al final.
Un beso.
Me ha encantado tu descripción de las calles a través de los canes, parece que hablen de verdad.
ResponderEliminarGracias por poner el origen del nombre de tu calle, así nos culturizamos más.
Un abrazo
un relato implacable. sin dudas cargado de información :D un saludo! seguramente vuelva por esta calle para otros comentarios :D
ResponderEliminarMe gustó conocer la calle contemplando los perros que la transitan. Siempre me han hecho gracia los grupos de perros, se les ve tan diferentes y caminando tan juntitos.
ResponderEliminarMe gustó también el estudio del origen del nombre de tu calle.
Besos, Ceci.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPerro quien a veinticinco pasos largos de distancia se ha percatadp de mí y me ha ladrado. Le observo y a continuaicón, le digo, ¡Tú s mí no me fasstidies!
ResponderEliminarBichos con estatus, aconstumbrados a una realidad social compleja, animales de paseo. Se impone de su grupo aquel que se deja oir más facilmente, El que ladra más alto.
Su amo o quien le sostiene de la correa no cuenta en sus encuentros conmigo sn absoluto.
Tésalo
Aunque te despojes del negro, del marron y huelas a primavera, no te libras de ser geniallllllllllllll por como nos has contado tu calle.
ResponderEliminarYo disfrutare de mi otoño y te seguire leyendo.
Un beso
Hola Ceci.
ResponderEliminarHay muchos perros que no tienen suerte con la familia en la que caen. Tu relato y los paseadores me ha recordado a un grupo de vecinos de mi barrio-en todos los hay- que nos tienen "hasta el gorro" por la cantidad que dejan de "recuerdos" tras su paseo. Son ineducados y los canes, su fiel reflejo.
Me ha entretenido pasear por las descripciones que tan bien haces de todas esas razas de perros que disfrutan de tu calle.
Te dejo un abrazo.
Maat
Hola tocaya!!!
ResponderEliminarMuy original tu relato, cuando voy por la calle y me cruzo con un perro, siempre les sonrió, incluso le suelo alagar con unas palabras, se el nombre de muchos canes vecinos, el del dueño/a no.
"Todos me lo recuerdan, pero ninguno se le parece"
Dedicado a mí amado Ziru.
Besos perrunos
Un paseo desde otra visión la de los perros que las pasean diariamente, conforman parte de la imagen diaria y sus rutinas. Me ha hecho gracia, ayer vi un anuncio en una farola de alguien que se ofrecía a pasear perros que me llamó la atención y hoy te leo aquí sobre un paseador de perros...
ResponderEliminarGenial!!
Besos
Estoy cerca de Puan y no sabía sus posibles significados.
ResponderEliminarBuen blog.
Saludos
Veo que os mudasteis de dia! bonita estampa la de tanto perro paseando! ya sabes que me gusta como lo cuentas.En esta ocasion tambien me gusta las rferecias!!
ResponderEliminarmuchos besos
Hola! Excelente relato, mis felicitaciones y agradecimientos... Ahora observare de otra manera a los perros y sus paseadores. Yo estoy intentando hacer mis propios relatos, cada vez que estoy en alguno de los miles de hoteles en argentina, y tu blog me da cada vez mas ganas. Gracias!!
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