Puente Transbordador Nicolás Avellaneda, La Boca, Buenos Aires
Hilos de hierro no aptos para rueca: ¿cómo voy a deshilvanar las duras hebras de tu enredada urdimbre?
A golpe de martillo, ¡grave estruendo ha de ser!
Sopla cálido viento el fuelle curtido del viejo bandoneón.
Se guarda el cielo los chirridos agónicos del noble metal, a cambio: promete aliviar los sollozos con resplandeciente sol.
Desde abajo, el río le disputa correosas virutas.
Negras lágrimas, estrellas anisadas...y por las noches: ¡se siente un igual!
Siempre me ha parecido asombroso el conjunto formado por todos esos tirantes, vigas y entramados que forman los puentes. Una obra de precision en su construcción y de resistencia en su finalidad.
ResponderEliminarBonita foto
Un beso
Son otras las ruecas te deshilvanan esa férrica urdimbre, otros los telares que dan forma a tan recios hilos.Estructuras más o menos bellas, pero siempre útiles.
ResponderEliminarUn abrazo.
Restos y testigos del tiempo que se va, aunque deja huella.
ResponderEliminarUn puente une o separa, según se lo quiera ver.
Un abrazo.
Bonito puente y bonito poema!
ResponderEliminarBesos
Muy bueno Ceci! Besos!
ResponderEliminarA veces esos hierros oxidados y retorcidos se parecen a nuestra vida ... uno piensa "y ahora? como desarmo este matete?"
ResponderEliminarMe gustan los puentes, tienen algo de misterioso.
Un beso