CON LA RESPIRACIÓN CONTENIDA
Al recuerdo vago los contornos le tiemblan, como las
descargas de la tele....
Al cielo le crecía la panza esa tarde, fue de azul, a plomizo sin
tregua. Los remolinos de nubes negras, ruidosas, le redondeaban la abultada barriga anunciando
el parto inminente de una tormenta siniestra, y ellos, tan lejos de casa…
Ya lo venía anunciado el verano: que no soportaban más peso
sus brazos, ni una gota más de humedad, ni un grado más de calor.
La familia apenas tuvo tiempo de secarse los abrazos del
sol. Sorprendidos por la anunciada catástrofe se adentraron con rapidez al interior seco del vehículo familiar cuando
la compuerta celestial dio paso al aguacero estrepitoso.
El conductor condujo con cuidado y el miedo los guió a ciegas
a través de una ráfaga de tierra que se
devoró el exterior y cubrió la luz.
En su mente el recuerdo persiste vago y los contornos se le
fugan, solo puede recrear la sensación incomoda del roce de su traje de baño
mojado sobre el tapizado de paño del asiento trasero del auto, el calor sofocante contenido
por las ventanillas cerradas, el rugido del viento, la oscuridad en pleno día,
el suspenso, el silencio, las manos de su padre pegadas al volante y la tenaz
voluntad de atravesar el miedo sostenida del borde de un suspiro.
Un rato donde la familia agazapada en su vehículo vio pasar esa tormenta que les dejó absortos y temblando de miedo ..Un susto para no olvidar .
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl natural miedo frente a las fuerzas descontroladas de la Naturaleza percibido desde la inocencia infantil. Siempre es un placer leerte, Ceci. Un abrazo
ResponderEliminarTuvieron que huir del lugar, bien contado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha gustado mucho la forma en que has desarrollado.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Es impresionante como haces vivir esas sensaciones...
ResponderEliminarEs muy bueno tu relato.
Un beso.
Me encanta tu prosa. Nos haces vivir las emociones que se desprenden de tu escrito, esa pequeña catástrofe que quedó en la retina de sus protagonistas para siempre, un instante en el tiempo, una imprevisible tormenta que llenó de inquietud y miedo el ánimo de aquellos que la vivieron.
ResponderEliminarUn gozo leerte.
Un fuerte abrazo.
Hay tanta poesía en tus palabras que la tragedia se queda ahí agazapada y viene a los ojos un tsunami de sensaciones que reverberan contenidas en la tragedia... pero al final, como en todo, llega la calma.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Tiene fuerza y ahoga.
ResponderEliminarBeso familiar.
Has hecho una pequeña maravilla literaria de un instante de espanto.
ResponderEliminarEnhorabuena :) Ha sido un placer.
Abrazo
Aun en la magnitud de la angustia y el drama vivido, tu relato es poético y vestido de bellas metáforas…
ResponderEliminarMuy bueno, Mamaceci. Un placer leerte.
Abrazo grande, y muy feliz tarde 😘
Tan bien narrado que uno vive ese instante de forma intensa y angustiosa. Es un placer leer siempre.
ResponderEliminarBesos.