Este jueves la convocatoria la lidera Mónica en su espacio Neogéminis y nos propone elegir un título que nos sugiera un argumento, un comienzo de una película o un episodio de vida.
De todos los titulos sugeridos por Monica elijo:
HORA DE REVANCHA
Nora no lo podía creer. Ahí estaba su Némesis,
sentada frente al espejo con el pelo mojado, y ella por detrás contemplando su
reflejo, libando con las manos nerviosas un mezquino dulzor en las arrugas de
una indigna bata plástica. Mientras, apuraba sus pensamientos, ¿qué haría? Parada
detrás de la mujer que deslizaba su dedo en el iphone, se vio a sí misma en el
espejo con los antebrazos levantados por encima de su cintura y sintió como el
poder de la tijera y el pincel de tinte para cabello le enderezaban la espalda.
¿Qué haría?, volvió a preguntarse, podía malograr el
preparado de keratina, y tuvo un escalofrío de tímido goce al imaginarse la
cabellera marchita como la flor de un jazmín de varios días, pero se arriesgaba
a perder no solo a una clienta sino a otras. ¿Qué diría cuando la enfrentara?,
¿le diría que llegó su hora de revancha?, ¿le haría saber cuánto sufrió por los
desplantes que le hacía cuando eran adolescentes?, ¿le recordaría la época en que
era líder del grupo de compañeras y no la invitaban a sus reuniones?...¡No!, el
tiempo transcurrido y la escenografía montada en su local le sugerían una revancha pobre y muy poco cinematográfica
Supo que había llegado a su modesta peluquería por
referencia de una conocida. “Es obvio que no me reconoció”, pensó Nora. No se veían
desde que terminaron el colegio secundario, de eso hace como treinta años. Nora
ya no tenía kilos demás ni granos juveniles, su piel había mejorado gracias a
los costosos empastes de última generación. Ella en cambio, estaba igual,
trigueña, atlética, con la cara y escote bronceados, con algo de arrugas
prematuras por el sol, que para Nora no deslucían en su aspecto, la
envidia la inclinaba a concluir que las arrugas tan desdichadas para otras, en la cara de su ex compañera eran como recuerdos de un verano eterno, de días de campo, de dicha al
aire libre…
“Si tan solo me mirara a través del espejo, si su
mirada cruzara el tiempo, si me reconociera, si sus palabras fueran empáticas”…pensaba
Nora con la mirada fija en el espejo, la tijera aún en su mano, los vapores de
los químicos actuando en el preparado de keratina que le mareaban el buen juicio, y el silencio temerario de
la rubia, sellando el destino de su
cabellera.
Parece que, a pesar de los argumentos en contra, el no querer perder clientela, está dispuesta a vengarse. Atentando contra el pelo de su cliente y antigua Nemesis.
ResponderEliminarBien contado
Bueno aquí se da eso de que la venganza se sirve en plato frío , pues no en vano 30 años son muchos , eso si ella no olvido los desplantes de su compañera de colegio ..Muy buen argumento para ver que pasaría si lo llevaba a cabo ajajajaj .
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Jaaaaa, que bueno, Ceci!ingenioso, y maravillosamente contado, con los suficientes detalles como para que uno imagine las humillaciones pasadas por esa peluquera en su adolescencia por parte de la otra, por quien ya uno siente marcado rechazo! Me encantó tu aporte y destacó que has sido la única que eligió ese tema. Me alegra que decidieran sumarte a mi.propuesta. Un fuerte abrazo y gracias x participar
ResponderEliminar¡Menos mal que no tengo peluqueras que fueran de niñas amigas porque te juro que pensaría si entro o no, es más, voy a pensar si miraré con buenos ojos a la que tengo! :-)
ResponderEliminarEl final es sencillo :-) pero ¡anda que no es tremendo todo el relato! Es como si planeara un crimen perfecto y fuera tan cruel que hará partícipe de ello a la propia victima.
Me ha encantado :-)))
Un beso enorme.
A veces la vida nos pone a prueba con esos impulsos o instintos de venganza, más, cuando uno ha ido acumulando motivos suficientes, además de injustificables… En este caso, había que sopesar el no perder esa clientela 😁
ResponderEliminarBuen argumento, Mamaceci. Un placer leerte.
Bsoss, y feliz finde 😘
Bueno!!! Yo tengo claro lo que haria, pero no quiero robar ideas. Muy bueno, besos.
ResponderEliminarQué bueno jajaja menuda venganza jajajaaj.
ResponderEliminarUn placer leer tu relato.
Besos enormes.
En sus manos tenía la oportunidad de tomarse la venganza, no sabemos si lo haría porque al dejar el final abierto, cada cual puede resolverlo de la manera que quiera.
ResponderEliminarUUUhhhh qué peligro!!!! El terror en sus manos y la víctima no lo sabe... Muy buena la idea.
ResponderEliminarBss ;)
Treinta años son demasiados para cargar un peso de ese tamaño, al final, el daño se lo hace así misma y claro, al cabello de su ex compañera, pero qué le deja de satisfactorio?, quizás en el último momento se de cuenta que no valía la pena.
ResponderEliminarUn abrazo
Que buen argumento, esa fuerza omnímoda de venganza, va tomando fuerza paso a paso, batallando entre el fundamental dilema ético. Deberá elegir entre lo personal y su negocio. Buen planteo.
ResponderEliminarAbrazo
Muy bueno. Es increíble lo que pueden doler las palabras o las burlas. En este caso fueron muchos años y aún sentía rencor por ello. Pero a su vez había también mezcla de envidia. Lo de las burlas me lo he imaginado yo, pero la envidia sí existía claramente.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Muchos besos.