SUEÑOS DE NOVIA
Septiembre
me encuentra con un gorro de lana en
la cabeza. Me lo sujeto con fuerza para mantener los sueños nacidos de tres
cuerpos tibios bajo la frazada de la cama grande, a buen resguardo del viento
frío
La
primavera, ya se sabe, se toma tiempo para entrar. Espera detrás la puerta
mientras se acomoda los velos y se revisa de reojo el rouge de sus labios.
Experimentado
en rigor, el invierno amañado no suelta. En sus dominios de piedra abovedada,
nos ilusionamos con los claros en las ventanas, que hacen blanco en las sombras.
Se
anuncian los primeros acordes de la marcha nupcial. Adentro la ansiedad se
desata y la feligresía comienza a animar con vehemencia el cortejo de brotes
nuevos.
La
novia luce seria y calma. Su pausa nos sosiega y nos invita a caminar los días.
A hombros nos cargamos las promesas de calor para abrir más tarde.
Antes,
testificaremos en los huesos y carne
propios la transición, la dificultad en la convivencia de otro matrimonio
forzado en el hogar de las estaciones
Holaaa...que bonito te quedó ese matrimonio entre estaciones , ahora bien como bien dices habrá que acomodarse a ellas .
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y muy original tu relato .
Muy buen relato, muy bueno.
ResponderEliminarOriginal manera de presentar a esa remolona que suele hacerse esperar! Tus textos siempre tienen un estilo mágico y entrañable que te caracterizan. Un placer leerte 😊. Un abrazo
ResponderEliminar¡Vaya boda! Y me gustó leer un relato en el que septiembre implicase una nueva primavera.
ResponderEliminarUn besazo
Que preciosidad de relato! Y que sana envidia de que allá esteis al inicio de la primavera. Gracias por participar, besos.
ResponderEliminarUn precioso camino que nos describes, hacia el altar primaveral.
ResponderEliminarBienaventurado los inspirados, porque de ellos es el reino de los jueves!!!
besos