jueves, 8 de mayo de 2014

Relato de Jueves Literario: "Romances ambientados"

La convocatoria de esta semana la lidera Neogéminis, quien nos invita a escribir sobre romances ambientados, en época, lugar...en fin! ¡como salga! A su casa iremos por mas relatos románticos



UNA NAVIDAD PASADA POR AGUA

Un relámpago ilumina el cielo. Las últimas palabras son tapadas por la estridencia de un fuerte trueno y el perro corre hacia el interior de la casa, pronto la lluvia adquiere la espesura de una cortina de agua que moja la vajilla puesta sobre la mesa de jardín.
Ana no soporta la cercanía de Gastón y sigue el impulso de lanzarse fuera de la casa. Corre hacia una de las orillas de la isla. ¡Está perdida!, escucha gritos que la llaman; trata de pensar qué hará, ¿cómo saldrá de allí? ni siquiera tomó su  bolso, ¡no tiene dinero ni nada!, los pies se le clavan en el barro y la lluvia le azota el cuerpo. Se cansa de pujar contra la fuerza del viento y se deja caer de rodillas en la playa. ¡Se siente mortificada! ¡Ha sido una tonta!, solloza, cometió el peor pecado de todos: ¡el orgullo!
Inmediatamente las manos de Gastón la incorporan de un tirón. Le pasa un brazo por la espalda y la ayuda a caminar, no puede seguirle el paso. Sin perder tiempo él la levanta en brazos, su respiración está agitada como la de ella y su rostro denota el esfuerzo. Ninguno dice nada.
Ya adentro de la casa se queda parada sobre la alfombra chorreando agua. Está descalza, sus sandalias quedaron quién sabe dónde; mira al hombre quitarse las botas de goma, ¿en qué momento se las puso?, se pregunta. Su enojo va perdiendo fuerza, como el viento y la lluvia, que ya amainó bastante, pero igual la luz se corta, por lo que enciende unas velas que encuentra sobre la mesa. Gastón viene de la cocina con su ropa cambiada, una botella de vino y dos copas.
Ella se sienta en el sillón sin soltar la toalla que la rodea y él le alcanza una copa llena. Empiezan a repicar las campanas de la iglesia cercana.
-¡Ya es medianoche!, –dice el hombre y choca su copa con la de ella. ¡Feliz Navidad! –le susurra.
Ana ya no quiere pelear. Calladamente hacen las paces.
Las campanas siguen repiqueteando insistentemente anunciando la Navidad, o tal vez una emergencia. No podría distinguirlas. Suenan igual cuando anuncian la crecida de los ríos.
Gastón apoya su copa, toma una pequeña toalla y con movimientos amorosos le quita el barro que tiene en las piernas, incluso el que se le juntó entre los dedos de los pies.
Se escucha un petardo lejano cuyo silbido débil se ahoga en el viento y en su interior Ana lo lamenta por el cura de la iglesia. Espera que no se le hayan mojado todos y que pueda usarlos para la víspera de año nuevo, luego: se deja abrazar. A un lado el perro ronca como un humano. Ella tiene el cuerpo cansado, recostada sobre el pecho de él cierra los ojos, no se le ocurre mejor lugar.
Un beso suave y profundo la jala hasta el centro mismo de su existencia. Como si fuese tirada hacia adentro por tendones invisibles como aquellos de los que se vale la luna, que ahora brilla redonda y llena, para atraer las aguas del río. Puesto que la marea de aguas oscuras que bañan la tierra que la vio crecer no quiere resistirse al influjo de las estrellas, Ana tampoco quiere, ni puede.
De la cocina llegan los quejidos agónicos de la heladera a la que se le escapa el frío. El helado se derrite y la comida languidece dentro. "La comeremos en la mañana", piensa.
Hacia el final de la noche Ana se duerme plácidamente mientras las primeras luces del día muestran el saldo que dejó la tormenta. Afuera reina el caos, adentro: la calma.


pd: "Fragmento de una pequeña novela mía (muy tonta) llamada El legado de Tia Luisa"

jueves, 24 de abril de 2014

Relato de Jueves Literario: Personas

La convocatoria de este jueves la lidera Juan Carlos, quien nos propone escribir sobre personas, para ellos nos deja a disposición unas fotos para que elijamos la que mas nos inspire, nos dispare alguna historia o simplemente nos guste. En su casa encontraremos muchas historias que tienen a personas por protagonistas.



EL SECRETO DETRÁS DE LA SONRISA

Su secreto de belleza lo tiene guardado bajo cuatro llaves, el mismo número de mascarillas que se coloca por las noches.
En cada conversación, aun en la más banal, cada vez que va a abrir la boca para decir algo, todo sonido de palabras que viaja de oído a oído se detiene a mitad de marcha y un silencio se abre lo suficiente para contener solemne lo que sea salga expulsado por esos labios indemnes, -que cada noche cubre con humedad oleosa para resistir los ríos secos que amenazan surcarle de punta a punta la carne rosada-, como si su juventud prisionera le confiriera autoridad a su opinión.
-Yo opino que los tomates están muy caros, mejor será usar palta en la ensalada- dice tratando de mantenerse seria, pero una sonrisa aparece arrugándole la nariz, y no es la primera del día, ni será la última, pues ríe mucho, especialmente de noche cuando las hadas que cabalgan en los potajes la distraen de su labor con sueños placenteros.
Algunos le oyeron decir que una buena inversión sería comprar una yogurtera, y la gravedad que se dibujó en la mente de los que tomaron nota fue lo mismo que si se tratara de una inversión bursátil.
Su marido de cara flaca y arrugada, -quien no disfruta de la lozana algarabía de su esposa y solo parece satisfacerle la sopa de coliflor espesa-, dice que tantos empastes no le han hecho nada bien.
Los vecinos aseguran no haber dado con secreto alguno en intrusiones ocasionales organizadas.
Nada se adivina de las baldosas lavadas del patio, ni del ajetreo permanente de la cocina. Los curiosos solamente reportan como datos irrelevantes: un ligero olor a pedo en el ambiente, canturreos matinales y algún aullido de gato desde el antepecho de la ventana que da a la calle. 

jueves, 20 de marzo de 2014

Relato de Jueves Literario: "Otoño, o primavera en su caso"

La convocatoria de este jueves la lidera Gustavo, nos pide que escribamos sobre los sonidos del otoño o la primavera según estemos de este o del otro lado del meridiano, en su casa nos encontramos en busca de ocres y verdes






OTOÑO EN CASA


El otoño se apareció hace unos cuantos días sin esperar la señal para la entrada oficial. Su presencia se hizo notar gradualmente, con tímidos descensos de temperaturas al principio, una poca de lluvia, que luego trocaron en un poco muchas (¡llueve cada tres días en Buenos Aires!)  y por último: frescos matinales que bajo nuestras narices se hicieron vespertinos.
Artera y subrepticia fue su aparición, hasta que se hizo evidente, y ya nada cabe, pues estamos mediando marzo. No hubo oportunidad para que los espabilados se quejasen por el desplazamiento anticipado del verano, aunque estimo que pocas quejas se escucharían de los sufridos habitantes. La estación se portó brutal con nosotros.
Con luces fulgurantes y sopor aplastante nos sumió en una siesta acompasada por mil ronroneos de aire-acondicionado. Por el furioso clamor de chicharras, el siseo persistente de los mosquitos y el pausado aleteo de un ventilador arrinconado.
Pero no voy a enemistarme con el verano, pues un enero me trajo a Manuel.
De ahora en más los festejos de su cumpleaños estarán signados por una estación salvaje. Que no hace concesiones. Todo parece funcionar a medias, como si estuviéramos suspendidos en una larga tregua estival. De ahora en más tendremos que considerar situaciones extremas. Además de saber con certeza que siempre habrá amigos y familiares ausentes por vacaciones, tendremos que decidir si habremos de festejar al intemperie o en salón, si acaso habremos de derretirnos a la sombra o si deberemos guarecernos de una lluvia torrencial.
Invierno y verano se dan sin medias tintas, pero otoño...¡otoño es transitivo!
La luz se atenúa, se vuelve amable. Hilachas blancas surcan el cielo a velocidad crucero durante todo el día, adulteran al puro celeste. Los vidrios arrojan reflejos largos sobre las paredes, los colores se ven nítidos, los pasteles ganan cremosidad.
Otoño es la estación que me tocó en la repartija. Abril es el mes de mi cumpleaños, el mes tibio, el que templa la espera; en tanto el frío cobra contundencia y espesura los platos.
Las mañanas fresquitas me traen las sonoras aperturas de pesados postigos, los mismos que se cierran poco antes de caer la tarde, un batir fugaz de aves rasantes en el patio, el fru-fru de las sabanas que se quedan con la tibieza de los cuerpos.
Mientras me pongo un abrigo liviano, sigo con la mirada a Manuel que sale de la habitación. Mis oídos van tras sus pasos apurados que rebotando en la madera, se dirigen a la cocina iluminada. Allí mi cuidado tiene relevo.
Pongo mi atención por unos minutos en los sonidos que de la cocina escapan y me anticipan la mañana: El estridente choque de metales que provoca el vapor cuando empuja la tapa de la pava, el agua hirviendo que a borbotones entra volcada en el termo; la yerba se sacude el polvo bajo un golpe de mano, y ya no contengo las ganas de tomarme unos mates calientes. Una galleta firme se parte dejando caer unas semillas de sésamo. En nada, Manuel reclamará su bocado.


jueves, 20 de febrero de 2014

Relato de Jueves Literario: "Vida insípida"

Hola! Retomo mi actividad juevera con este relato que nos propone Maribel, sobre la vida insípida de algún personaje. Espero de todo corazón reencontrarme con los amigos en este espacio tan querido y entrañable. ¡Nos leemos!




¡NO MAS JUEVES DE MARGARITAS!

"El tiempo no cura. El tiempo mata",-dice  imprimiéndole a sus palabras la autoridad de verdad  indiscutida  mientras, revoleo apenas de ojos mediante manda a volar la burda gravedad  de su  reciclado parafraseo.
-Ni siquiera me gustas- le contesta pretendiendo parecer relajada. Avanza dos pasos sin volverse; él se le pega a su espalda, Marina se detiene, el aire que arroja por la fosas nasales le hace cosquillas en el borde de la oreja.
Insiste: "nadie te espera, tu novio te dejó hace mucho",- y en ello subraya la palabra mucho, ¡mchhk!, un chasquido de pesar  suena en el aire, ( el pesar le pesa a él), "con el nadie te espera era suficiente" piensa,"¡ como si fuera posible que olvidara lo otro!"; queda expectante de los movimientos de Marina...¡nada!," ¡la mujer es una roca!"
"No te mereces estar sola", ensaya en su mente y lo abandona; "es trillado y falaz, no es cuestión de méritos, si así fuera los virtuosos serían ricos", se dice. No desea insultar la inteligencia de  Marina,... no tan groseramente al menos; se pregunta si no fue demasiado lejos,  "el enojo puede ser productivo, pero del espanto nada bueno sale".
Re intenta: "hoy es jueves, ¿qué hay: margaritas en casa con las chicas?, ...tus amigas te quieren pero bien sabes que no soportan tus conversaciones de soltera"- trata de sonar conciliador; ¡shh!..."temerario" resuena en su frente palpitante. El esfuerzo por andarse con cuidado con las palabras hizo que se le hinchara la vena del pensador; se lleva la mano a lo alto de la cabeza y se rastrilla el jopo con los dedos. "Hablar mal de un ex es tolerable,  pero las amigas son intocables...", la media sonrisa de lado se le desmarca un poco.
Marina respira profunda y quedamente, hace malabarismos con la respiración en su pecho, aprieta el abdomen  para que ningún temblor la delate. Se muerde el labio inferior, quiere marchar para salvar su orgullo herido, plantarlo, borrarle  esa sonrisa idiota que no ve pero intuye, y sin embargo, permanece inmóvil, escuchando un poco más, dejándose convencer...solo un poco más..., puede irse cuando desee.
"Se equivoca. No es la conversación insípida la que aburre a mis amigas; es la soltería siempre anunciada la que les desanima, les amenaza".
Marina se gira bruscamente llamada por una mano que le aprieta con firmeza el hombro, "¡no será otro jueves sin tema nuevo que contar!", con ojos cerrados se enfrenta al engreído de escasa elocuencia y  adhiere sus labios a los otros, así, sin cálculo ni medición previa, y una atracción de bocas imantadas se cierra perfecta.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Manuel


¡Hola a todos!; ha pasado tanto tiempo que no se bien que escribir, y han pasado tantas cosas, muchas especiales y nada en particular, que no se por donde empezar...
Pensé en poner solamente una imagen que hablara por sí misma sin necesidad de palabra alguna, así como para ir  re adentrándome en las redes, que estoy algo oxidada...¡ya se extraña demasiado a los amigos!!
Obviamente el de la foto es Manuel, que ya cumplió el añito; recibió su bautismo y tuvo festejo de cumpleaños por partida doble (con los familiares íntimos y luego con amigos)
Ya se largó a dar sus primeros pasos sin tomarse de nada, se le anima bastante.
Es muy travieso, inquieto e intrépido. Se trepa a todas partes y se pone a prueba todo el tiempo. Sacamos muebles y corrimos otros para tapar enchufes y rincones con el afán de resguardar cosas que no debe tocar, y eso lo desalentó al principio, pero ahora mueve los muebles con una fuerza descomunal para uno de su porte. A menudo se lo ve empujando la mesa ratona, -que tiene unas patas cromadas y pesadas, por todo el living cual un pequeño Atlas.
Toca todo; trata de meterse en lugares imposibles, se golpea, pero también se hace habilidoso en su motricidad día a día. Llora cuando se golpea o se cae, pero no se lamenta demasiado, se le pasa enseguida.
Es una bola de energía, tiene el cuerpo siempre caliente, la cabeza transpirada y las rodillas roñosas de arrastrarse todo el tiempo, (la humedad de Buenos Aires no le ayuda pobrecito!!). El agua del baño de final del día se desagota oscura. ¡Ignoro como hace para que se le meta tanta mugre bajo las uñas de pies y manos!! ...¡Pero ya me lo habían advertido las que son mamas de varones!!
Se ríe a carcajadas cada vez que se mira al espejo; es bueno, pero tiene carácter.
1) Nunca fue dormilón, 2) Nunca usó chupete, 3) Nunca había tomado mamadera hasta hace quince días atrás.
El primero sigue sin variar; hoy hace solo una siesta en el día, pero cuando tiene sueño pues "a los bifes", y aunque se sigue despertando en la madrugada, está aprendiendo a volver rápidamente al sueño.
El segundo no lo quiso en su momento y ahora ya no tiene caso; y el tercero es increíble, pasó de no querer saber nada de ella a adorarla en pocos días.
Se adapta con facilidad a los cambios, de hecho le cuestan menos a él que a mí (se destetó definitivamente este mes, él con naturalidad, yo con culpa).
Es conmovedor ver como le pone "garra" a las situaciones difíciles. En estos días está pasando por una dermatitis de pañal que está haciendo estragos en su culito. Da pena verlo llorar con cada cambio frecuente de pañal, mas, ayer en uno de los tantos cambios, cansado de llorar que no sirve, se llevó sus dedos a la boca, los tamborileó en sus labios  al son de un murmullo para que se llevara su atención lejos de la faena de sus papás...no sé si lo consiguió, pero con ánimo y ceño lo intentó.




jueves, 11 de abril de 2013

Relato de Jueves Literario: Mensaje en una botella

Este jueves es liderado por Encarni, en su casa dejaron muchos mensajes.





JUICIO Y CASTIGO 


Justicia y condena se entremezclan como si fueran fuerzas equivalentes; lo mismo da para esos hombres.
Arriba el cielo se extiende hacia ningún lado, ningún horizonte presta consuelo en esas horas aciagas. El gran cielo y la tierra mezquinada por las aguas, forma una superficie de lo que parece una pequeña isla pedregosa; apenas una escaso tapete de lava antigua arrojada por una pústula en la dermis marina; que apisonada por los vientos, se empeña vanamente en existir. De poco sirve;  se traga el mar el corto esfuerzo de la piedra y el largo aliento de las nubes.
¿Botellas?, ni una; ni alforja, saco, bota (acaso la sola ocurrencia da risa) que pueda llevar un mensaje nacido trunco. Han de morir con ellos las esperanzas rotas, la advertencia póstuma, el escarnio ahogado.
De la mano de la tarde, avanza sobre la arena la sombra de la horca improvisada por los hombres de Magallanes. Apenas dos maderos de abeto cruzados, dispuestos por si quisieran los criminales aliviar su agonía y acortar las vidas, acortadas ya por el abandono en isla estéril.
El patíbulo se viste con los colores del destierro, la nada clama. Nunca el destino para Juan de Cartagena y Sánchez de la Reina ha sido más finito que el de esas horas oscuras, a tono con las coordenadas de final de mundo.





PD: En el bajo de San Julián, que es una depresión natural situada en la costa marítima de la Pcia. de Santa Cruz, en la Patagonia, pasó el invierno la tripulación de la Nao Victoria al mando de Hernando de Magallanes en su ruta de la vuelta al mundo, en el año 1520. Allí se dio un motín por algunos hombres que no querían seguir la aventura, a algunos se les dio muerte, y a otros como el cabecilla Cartagena y al cura Sánchez de la Reina se los abandono en un islote llamado Justicia, donde hoy solo existe una réplica de la horca improvisada en la ocasión. Se dice que en Puerto San Julián se rezó la primera misa en estas tierras...

miércoles, 6 de marzo de 2013

Algunas delicias (y otras no tanto) de la maternidad

¡Hola!, me reporto luego de varios días y es que en este preciso momento, me decido a escribir algo, además de que coincide el momento con uno en que tengo ambas manos desocupadas, pues el bebé está extraña y gratamente para sus padres, profundamente dormido en su cochecito.

Contando desde el principio: la cesarea fue estupenda, (si se puede decir eso de una intervención quirúrgica), a RAT lo dejaron entrar en un momento dado al quirófano para que estuviera a mi lado, y ambos presenciamos el momento en que mi obstetra levantaba con dos dedos de su mano la cabeza de Manuel, -¡es un bombón! -dijeron los obstetras, al momento que lo sacaban por entero. Tengo vívida esa imagen,  parecía de cera, un muñeco con todos los rasgos bien marcados. Se lo llevaron junto a RAT, y después de unas horas lo llevaron a nuestra habitación.

La recuperación fue rápida, desde la primera noche fui al baño por mis medios (caminando agachada y como podía) y ya al segundo y tercero caminaba erguida. Nos dieron de alta al cuarto.

Manuel Ignacio es el nombre que decidimos ponerle unos minutos antes de entrar al quirófano, y que decir de él: ¡es perfecto!, es hermoso, tiene unos mofletes para comérselos y tiene un cabello ralito, con unas entradas pronunciadas en el frente. Por supuesto no faltaron las bromas: ¡en eso se parece al padre!, "de haber sabido le regalábamos sesiones de masajes para evitar la calvicie".

Está creciendo muy bien, engordando bastante y solo con leche materna. Con respecto a la lactancia he pasado por distintos momentos, algunos buenos y otros muy duros.
Siempre lo alimenté a "libre demanda", lo que claro, al menos al principio, es en extremo demandante. Hubo días en que Manuel se ponía demasiado ansioso hasta la desesperación y parecía no alcanzarle nada, y yo pensaba que no tenia suficiente leche, no se calmaba, no dormía, etc. Intentamos un par de veces reforzarlo con suplemento, pero a él mucho no le gustaba, ni a mi tampoco, la verdad, es que tanto he leído sobre lactancia materna y sus beneficios que termina siendo una especie de religión, hay mucha presión social para ello, y con razón, se sabe de sus beneficios pero resulta opresivo para quienes no pueden. Es enormemente gratificante ver como tu bebé crece solo a base de tu alimento, como también es arduo ya que implica estar las 24 horas avocada en exclusividad para tu bebe, cuando antes gozabas de la libertad de andar como un adulto por la vida.
El primer mes fue agobiante para mí, mi ánimo sufrió bastante, por un lado está la alegría de tener a mi bebe conmigo y por otro el abismo de no saber bien como manejar todo lo nuevo y la pérdida de control que eso representa.
La casa está revuelta, cocinar y comer dignamente sentados cuesta un triunfo, el dinero no alcanza...que otro sería el cantar con alguien que te limpie, cocine, lave, planche, etc!

Durante todo el primer mes Manuel durmió conmigo en la cama porque no se quedaba en su cuna, eso desde el primer dia en la clínica. Me acomodaba semi sentada con almohadones a los costados y él upa en mis brazos, y así dormiamos todos toda la noche, incluído Manuel, y de dia mucho en brazos. teta libre, etc, ello de acuerdo a los postulados de la crianza natural con apego. Confieso que cuando leí a Laura Gutman sentí que sus principios me cerraban interiormente y empece a sentirme mas liberada con eso de la teta y del colecho, etc, pero...la verdad es que aunque comulguemos con ellos, en su ortodoxia se vuelve impracticable. Por nuestra salud hubo que hacer algunos ajustes.

Desde hace una semana Manuel duerme en su cuna (pegada a mi cama) por la noche. Costó, y aunque me levanto para alimentarlo, no me agobia, ya volver a dormir horizontal fue un placer, tengo mas control con las tomas y además estoy descansada.
En el dia....bueno, de a ratos se queda en su cochecito, otros está a upa (no lo vamos a desterrar de nuestros brazos su padre y yo), otros hay que hacerlo dormir paseándose por toda la casa.
Aun hoy Manuel tiene sus momentos (al menos una vez por semana) en que se pone en extremo demandante y parece no alcanzarle nada, yo lo tengo a upa y trato de calmarlo cuando se pone irritable, pero ya lei que se trata de "brotes de crecimiento", donde el bebe cuyo desarrollo neurológico no es homogéneo sino que da saltos, tiene nuevos requerimientos en la alimentación y por tanto lo mejor en estos casos es pegarlo a la teta todo lo que pida para que la mama reajuste la producción de leche, luego se normalizan las tomas, al menos hasta nuevo aviso. Además tiene mucho reflujo que lo tiene a mal traer, es doloroso y  lo despierta e interrumpe su plácido sueño (no veo la hora de que pasen los meses para que madure su estomago, pobrecito!)

De a poco nos vamos conociendo y decodificando sus necesidades, y organizandole sus hábitos siento recuperar algo de control,y ya el dia tiene otro color . Es un dia atrás de otro, las pequeñas conquistas alcanzadas en una jornada no se pueden vitorear en la otra, y se logra otra, o no, pero siempre es distinto, Manuel cambia, crece.
Mi bebe me necesita, y yo a el, lo digo con profunda emoción.