lunes, 28 de marzo de 2011

Reflexiones: El Secreto.

La ley de atracción establece que todo lo que nos llega en la vida nosotros lo atraemos.
Que el universo responde a la atracción que ejercen las imágenes que prolongadamente tenemos en pensamiento y la actitud que acompaña ese pensamiento.
Básicamente que lo semejante atrae lo semejante, y que las personas atraemos aquello que más pensamos.
Así lo dicen sintéticamente el video thesecret.tv, y más ampliamente el libro de Rhonda Byrne, que es un libro de autoayuda, y no uno al estilo "El Código Da Vinci", como el título inicialmente parece indicar.
Ahora, asumiendo la lógica de su contenido, y considerando que hace casi seis años que RAT y yo tenemos un pensamiento fijo en mente, y nuestros mayores esfuerzos médicos, económicos y emocionales han sido siempre enfocados a materializar ese deseo, no me queda más que preguntar si el universo es sordo a mis pensamientos, o si acaso el canal de delivery se encuentra obstruido? En cuyo caso espero no sea permanente!
El secreto que trata de la ley de atracción, -y aquí les dejo un link que lo explica mejor y más extenso que yo-, dice:
Que siendo los seres entes de energía, atraemos como un imán según donde depositemos nuestra energía. Sin embargo la mayoría de las personas lo que hacemos mal es concentrarnos en las cosas que no deseamos.
Si estamos enfermos decimos que no queremos estar enfermos, o no queremos más de estos o aquellos problemas, hablamos con otros de las cosas malas que nos suceden. Nuestros pensamientos son esos: enfermedad, problemas, malestar etc, por tanto el universo en respuesta nos devuelve más de lo mismo.
Será esa, una premisa en apariencia simple la respuesta que ponga fin a la terquedad de nuestros cromosomas, que no quieren cruzarse en un trenzado parejo? Mmm!
Hace unos días una querida amiga, quien por cierto leyó el libro de R. Byrne me dijo:
-Vos le das demasiada importancia a lo que dicen las estadísticas y lo que dicen los médicos. –No son dioses!
Y yo pensé, que a pesar de estar rodeada de gente a la que le pasa lo mismo, de tener a la vista valores de laboratorio, índices médicos de una objetividad incuestionables, y de resultados tangibles desmoralizantes, conservo mi optimismo!
Al punto de desoír al galeno que con insistencia me indica desistir de mi carga genética, -y aunque mi comprensión lo acompaña-, la verdad es que me inclino gustosa por atender a aquél, que sin darme grandes esperanzas me dice lo que mi fe aún quiere escuchar!

Volviendo a la parte interesante, el video que esta plagado de testimonios editados al mejor estilo de un canal de compras, brinda unos indicativos de como funciona la ley de atracción:
1. Pensar lo que deseamos, formulárselo al universo. Para lo cual debemos saber que es realmente lo que deseamos, para no incurrir en incongruencias entre las actitudes que manifestamos y nuestros deseos.
2. La respuesta. Aunque no veamos el camino o la manera en que esos deseos sean realizables, el universo encontrará la manera de otorgarnos nuestros deseos. La forma en que lleguen a nosotros queda librada al universo.
3. Recibir, estar abiertos a las respuestas del universo, para lo cual debemos poner nuestras emociones en consonancia con nuestros pensamientos. Si queremos bienestar, habrá que acompañar el pensamiento con la sensación de sentirse bien actualmente, porque la atracción de lo que se quiere responde más a la emoción que al pensamiento en sí.
Para ello propone ciertos ejercicios cotidianos:
-Pensar en lo que se quiere. Visualizarlo. Verse a uno mismo teniendo eso que se desea y sintiendo la emoción que lo acompaña, como si ya lo tuviéramos.
Cualquier ayuda extra que nos haga visualizar y sentir como quisiéramos es valida
Podemos ir a los lugares donde está lo que deseamos, escuchar, tocar, etc
-Y luego agradecer por las cosas que tenemos, aunque sea difícil encontrar los motivos por los que agradecer. Eso ayuda a ponernos en un ánimo positivo, y es sin dudas un buen comienzo para generar una sensación de bienestar, con miras de permanencia.

En fin, creo que como todos los mensajes de autoayuda tienen el valor de intentar que apuntalemos los aspectos positivos para mejorar las condiciones de nuestras existencias, aunque a la fórmula se le encuentren las hilachas y que por cierto las tiene.
De hecho leí de un crítico en una página que no recuerdo, algo así:...le resta el planteo importancia a la injerencia que tienen nuestras acciones como causa del malestar o daño de otros, y por tanto la responsabilidad que nos cabe por ellos, ya que para curarse o sentirse bien el afectado no debe más que invocar esa relación individual con el universo...

Yo por mi parte rescato el mensaje, desenvolviéndolo de su embalaje, que no es ningún secreto y se encuentra en lo profundo de la sabiduría popular, pero a veces olvidamos y esta bueno recordarlo:
Pasa que muchas veces los medios, las formas de vida, los modelos impuestos por la sociedad que nos rodea, la necesidad de arribar a la inmediatez de los resultados en desmedro de los procesos, moldean nuestros pensamientos, los unidireccionan, de la misma manera que la auto conmiseración y la de los demás condiciona nuestros actos.
La perspectiva de hacer del bienestar un ejercicio conciente y voluntario parece inicialmente naif, pero tiene un atractivo vigente y una fuerza tan movilizante que se gana sin esfuerzos el viso de validez universal.
Después de todo, ya lo dice el refrán: “Quién no vive como piensa, acaba pensando como vive.”

jueves, 17 de marzo de 2011

Relato de Jueves Literario: El Concierto.

Hoy los jueveros nos reunimos para ejecutar un concierto. Y yo fui convocada para tocar el violín. Espero disfruten el espectáculo! Más instrumentos en lo de Gustavo: http://callejamoran.blogspot.com/

MELANCOLIA DE UN VIOLÍN

Un débil rayo de luna ilumina las costas cenagosas.
El bergantín amarra a orillas de la isla Bermejo, y de ahí salen en botes los tripulantes hacia la costa.
En tierra los esperan un grupo de hombres fornidos que sin demora y sin decir palabra, empiezan a descargar la mercadería.
Rápidamente abren los arcones y extraen maravillados las varas de tela y paños coloridos, tapices orlados, piezas de escultura y otras pequeñas obras de arte a las que tratan con reverencia.
En un santiamén, con tantas manos trabajando, quedaron desparramados los tesoros en la arena húmeda. Barricas de vino, de agua ardiente, jarros con aceitunas y embutidos, espadas, pistolas, arcabuces y alforjas repletas con chucherías que relucen ante aquellos ojos.
Los hombres miran aliviados esta pequeña fortuna, que tan bien les viene para pedirle una tregua a la pobreza que los circunda.
Ya tienen ubicados compradores para la mayor parte de la mercadería. Incluso las pinturas y esculturas tendrán destino asegurado en las estancias palaciegas de la zona, de las que ya hay varias, algunas pretenciosamente construidas a semejanza de las Villas Toscanas.
Y es que hay tanta avidez entre las gentes de estos lugares por cosas lindas, de calidad, o de las que sean, que no van a tardar en sacárselas de las manos!
El contrabando es la única manera de comerciar con algo de ventaja en las provincias del Virreynato del Rio de la Plata por esos tiempos de fines del siglo XVIII. Todos, hasta los funcionarios hacen la vista gorda ante las prácticas de los comerciantes locales, que van en detrimento de las fuertes restricciones que les impone una España, afanosa de comerciar en condiciones de monopolio.

El bergantín que navegó casi sin escalas desde el puerto de Recife en el norte de la costa del Brasil, es capitaneado por un portugués que lleva años recalando en estas costas agrestes al sur de la boca del Tuyu.
Por allí se ven en las noches, las fogatas de las rancherías miserables sobre los pajonales, -montadas para el contrabando-, y que cada tanto son tragadas por la arena.

Entre todos los objetos preciados hay un violín. El capitán lo toma de su mástil arqueado, también el arco, y se lo acerca a los hombres.
-Es una pieza de mucho valor! Una reliquia fabricada en el propio taller de los Amati en Cremona para la importante familia Babarigo de la Serenísima República de Venecia. -Afirma.
-E´muito singolare! -Casi grita en una mezcla de portugués e italiano mientras alza el instrumento y con su mano libre hace gestos de grandeza.
Claro que su origen a él no le consta. Lo escuchó decir de boca de un comerciante falto de escrúpulos en medio de su desvarío febril.
Aseguraba este último mientras lo aquejaba la calentura, haberse hecho con el instrumento de tan preciada valía, por medio de sus “artes de malandra” en algún lugar cercano al Castelfranco, o algo así.
El hombre había muerto con horribles pústulas infectas en su cuerpo, retorciéndose del dolor, por lo que a su parecer, el violín debía de estar maldito.
Los hombres que no estaban habituados a hablar más que de números con el capitán, desinteresados, le entregan el instrumento a Julián el gitano. El único entre ellos que sabe tocar las cuerdas, enseñado por su padre, un marino que había arribado a estas tierras con una partida de Genoveses mucho tiempo atrás.
Julián toma el instrumento, y con gesto tierno que los demás no ven, lo ciñe por el estrechamiento de su cintura, lo acerca a su nariz y lo huele, con una inspiración profunda. Nadie se lo disputará.
Será acaso un premio de consolación con el que la providencia quiera compensarle la pérdida de su amada?

A orillas del lago de Los Sauces, en la choza cuyo patio es trazado por las empalizadas de troncos de sauce y ceibo, hay fiesta.
La amada de Julián el gitano, acaba de casarse con el hombre elegido por su padre. Uno que le lleva veinte años, posee corrales con animales, y va en vías de prosperidad.
A ella no le desagrada la elección, ya que a pesar de haber alentado al joven, en el fondo le asustan esos ojos graves de un negro insondable.
Los invitados beben, chacotean y bailan sobre la tierra apisonada bajo la sombra de una higuera, y le piden a Julián el gitano toque en su violín, algunos valsesitos.
No es un vals lo que sale de sus cuerdas, es una triste romanza que su sangre Romaní empuja, lo que empieza a desgranarse en acordes.
-Si me hubieras querido, no estarías ahora amostrando los dientes! Ay! Ay!
Llora el violín y suelta en ronquidos su maldición de desamor.
Y parecen salir uno a uno con las notas, los espíritus encerrados que gozan de los placeres melancólicos.
Hijos de la luz, románticos y delicadas manifestaciones de un renacimiento de otras tierras, de otros tiempos, de otros verdores y aires. Llenan los espacios con vislumbres de preciosa vida lejana.
Se siente en el patio la atmósfera sublime de la cámara de alabastro del Palazzo de Ferrara, de cuyas paredes cuelgan las más finas expresiones pictóricas.
Y aparecen pantallazos, como en sueños coloridos, los santos en el retablo de la Iglesia de San Liberal.
Y atenúan los colores de los aguaribayes las pinceladas celestiales.
Y susurra la madera abombada los nombres de los maestros venecianos, Bellini, Giorgione, Vecellio...

jueves, 10 de marzo de 2011

Relato de Jueves Literario: Ella.

Más temas de la convocatoria en lo de Gustavo:
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MUJER MADURA BUSCA

Esta vez el dato parece certero.
Su pequeña nietita que ya tiene edad para ir a la escuela, vive con esos padres putativos en una casa del barrio de Chacarita.
Lleva años buscándola. Fue muy difícil seguirle los pasos a esta pareja huidiza entre tanta mudanza, para perderlos en un par de oportunidades en la negrura de la noche.
Ahora tiene que andarse con mucho cuidado si no quiere perderles el rastro nuevamente.
Corren los años 80 y su actividad clandestina ya no es tan clandestina, ni tan desprovista de ayuda oficial.
Hay cientos de denuncias en los juzgados e investigaciones en curso, por tanto es dable que los que son buscados, redoblen esfuerzos para permanecer de incógnito.
Ella y el resto de las “viejas” como se autodenominan, siguen más por costumbre que por necesidad, usando viejos eufemismos como “las flores” para citarse en la confitería Las Violetas del barrio de Almagro, o hablando de “cunas”, “mamaderas”, “mamitas” en clara alusión a su trabajo de inteligencia.
Y es que así, sin mucho aspaviento, estas mujeres han vertido litros y litros de tintas, han escrito infinidad de notas, empapelado paredes con fotos.
Se han bebido litros y litros de mate y café juntas, han hablado con uno, con otro, hasta secar sus gargantas. Han pulido los tubos de teléfono con el roce de sus orejas y se han despellejado los dedos marcando los números, hasta borrarlos del dial. Han viajado y corrido detrás de cada rumor. Gastaron zapatos recorriendo las calles, dejaron maridos e hijos en casa, se disfrazaron con pelucas, sombreros y hasta vendieron libros a domicilio.
Y como quién no quiere la cosa, han efectuado un vasto trabajo de documentación de datos, por el que se desviviría cualquier investigador que se precie de tal.

Las viejas urdieron un plan para Ella.
Deberá mudarse “virtualmente” al barrio, y hacer lo que todas hacemos cuando estamos en casa: Ir a la verdulería en bata y ojotas, comprar el diario los domingos, ir a misa, y peinarse en la peluquería de doña Irene.
La meta es ver de cerca a la niña sin levantar sospechas.
Hasta allí llegan las viejas, por la autoridad que les da la sangre, el resto..., el resto no es de su competencia!
Correrá por los carriles que dispone otra autoridad.

Su corazón que es un veterano de tantas búsquedas ya se ha hecho resistente.
Sabe con exactitud donde poner la ansiedad para que no estorbe, y cabalga a lomo del fracaso con la soltura de un avezado jinete. Ajusta el paso, cuida de no desbocarse, y se apea de cada intento fallido solo para descansar.
Y cuando su ánimo lo dispone al recuerdo, se desajusta un poco los tendones encallecidos por una determinación temeraria, por una templanza absurda, y por una paciencia inhumana.
Y pide a Dios le de salud para que no se quede atrás su cuerpo grueso, y acompañe siempre a la voluntad férrea.

Como cada mañana Ella sale tempranito de su casa, antes de que las masas de trabajadores copen el transporte público.
Ya tiene todo arreglado con su cuñada para que le de una mano con la casa y la comida a su esposo, y que lo atienda cuando necesite algo.
Últimamente el viejo anda con la salud flojita.
No todos los días hay suerte, pero hoy, quien sabe?
Si hasta se consiguió un dentista al frente de la casa, y ya tiene turno para empezar la consulta.

Ella sube al colectivo que la llevará todos los kilómetros que separan su casa en el sur del conourbano bonaerense hasta casi el norte de la capital.
Lleva un vestido simple de entrecasa y la bolsa del mercado. Ambos la ayudarán a caminar confiada por el barrio, y hacer en definitiva, como que su vida es de allí.