ADIÓS AL AMOR
Al final de un día tentó su suerte, desafió a las estrellas, les dio un par de giros en el cubilete y las arrojó a la oscuridad intentando un nuevo orden en el cielo.
Se cansó de su miedo que no era tonto y en cambio lo prefirió temerario. Desde entonces deja una puerta abierta. Le tiende una trampa al destino, no le cree al amor.
"No será hoy, probablemente no mañana"...
A la hora de la cena tres comensales, dos humanos, se sientan a la mesa, En tanto saborean los jugos vivos que como los sentimientos permanecen sellados dentro de las paredes de la carne asada en casa, la confianza tras los barrotes, gana peso.
Hoy, 20 de abril, un día cualquiera: la suerte es esquiva. Fría, por la puerta abierta, taja el aire que huele a reproche y sopa de arvejas. La carne mechada, cubierta de mordiscos reposa sobre un mantel amarillo. A la mesa, dos comensales próximos a irse, se sientan; el amor se marchó antes.
14 comentarios:
Hermoso volver a pasar por acá. Saludos.
Hay muchas mesas en las que el amor ha desaparecido. Los comensales deben seguir actuando en el teatro de la vida.
Un beso.
Triste que el Amor se marchara dejándolos a ambos con las ganas. Hermoso texto.
Beso gigante!
Es deprimente cuando ya no está algo que estuvo. Y tal vez no haya culpables, solo las circunstancias.
Saludos.
Lo que pudo haber sido y se fue. Un amor roto sin solución, se ven pero no se reconocen.
Buen relato.
Un abrazo
Te ha quedado un relato muy a lo Rosa Desastre, corto, con metáforas espectaculares y expresando muchas sensaciones con tan pocas letras. Muy bueno, un fuerte abrazo.
Me ha recordado un texto que escribí hace años, Una cena para dos desahuciados del amor. Pasa, pasa más de lo que queremos creer.
Un abrazo
Triste historia, en el que el amor ya no se sienta en la mesa, acompañándonos a comer y nosotros tratando de morder la carne roída aún dentro de la piel
¡Hola! ¡Qué triste escena! Más cuando se comparte la mesa con alguien cercano que parece un desconocido más.
¡Un abrazo!
Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice Demiurgo, qué triste es que el amor haya acabado, pero a veces las circunstacias son las que rompen el amor.
Besos.
Un texto muy bien logrado. Aunque el amor se marchó antes, aún queda la rutina de lo que fue.
Besines
El texto tiene una dura realidad , a veces las mesas el silencio es lo que prevalece en ellas y es cuando el amor sale despacito y sin avisar pero quizás es que ha llegado la hora de pasar página y comenzar una nueva etapa.
Un abrazo y feliz domingo.
El amor suele desaparecer de las mesas y también de las camas.
A veces tenemos la tendencia a considerar que, una vez enamorados, ya es suficiente y es para toda la vida. Craso error. El amor hay que alimentarlo constantemente, si no queremos que abandone nuestra mesa.
Son muchas las mesas donde el tercer invitado está ausente.
Un fuerte abrazo.
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