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LA SENTENCIA
Se trata de una sentencia cualquiera, como las muchas que hay en un Juzgado del Fuero Civil.
No tiene nada de ejemplar. No hay en ella términos altisonantes. No ha sido dictada en resolución de esos casos que aparecen en las portadas de los diarios, ni habrá periodistas husmeando su contenido. Nada de eso!
Ningún atisbo de glamour le espera a una sentencia que dirime un simple caso de responsabilidad civil.
El daño material y en las personas no había sido de consideración, y por tanto los montos resarcitorios que ella otorga al reclamante, son moderados.
La sentencia no es extensa. Carece de la longitud y la altivez de sus compañeras ilustres, aunque apreciándose podía decir que tiene un cuerpo...de mediana estatura!
En el encabezamiento se hace visible su fachada. Y vistos...Resulta:..Aparecen sucintamente narrados los hechos según la perspectiva parcial de las partes, y sus retoques personales. Estos sin dudas le dieron las pinceladas de maquillaje arbitrario, que su rostro usó en cada gala probatoria.
La parte media de su cuerpo es la mas gruesa. La de las consideraciones.
Allí fueron a parar las apreciaciones que el juzgador hizo de los hechos, las finas relaciones que entre ellos existen, sus correlatos con las pruebas, la veraz correspondencia y los ajustes normativos.
Es este el espacio propicio para el floreo intelectual de su autor.
Aquí vienen a depositarse como la grasa a la zona abdominal, las disquisiciones que el Juzgador se permite, correcciones, aciertos, citas jurisprudenciales y doctrinales, hasta engordar su cintura como la de una matrona entrada en carnes.
Y por último, afinándose hacia el final de sus piernas, la parte resolutiva. El fallo.
Nunca extenso, apenas si con algunas frases hechas, y claro lo más importante: el monto de la condena.
Y pone así el Juzgador fin al pleito que tuvo en consideración!
Que va!! Ningún fin, esto recién comienza! Su destino es terminar ajada.
Ella sabe que le quedan un par de instancias de revisión todavía, que pueden variar en todo o en parte lo decidido.
El condenado querrá su modificación, y el beneficiado querrá que le suban los montos!
Todavía siente en sus hojas el calor de la impresora que con sonido chirriante y agudo, le acaba de estampar en sus páginas blancas una cantidad de números y letras negras.
Su tersura de origen no tardará en abandonarla.
Pronto un manotazo de la empleada que la rescata de la impresora le provoca los primeros pliegues.
Con rapidez y destreza le hace unos pequeños y punzantes ojales en el margen de sus hojas, a la altura de la frase vertical que reza: “uso oficial”, en tanto la sentencia siente con cierto espanto, como la muchacha la atraviesa con una aguja gruesa de la que se sujeta un cordel, y la cose con puntadas groseras al final del expediente.
Seguidamente apoya el expediente sobre su lomo y abre las hojas una por una, a la vez que dos manos regordetas y algo traspiradas las presiona con fuerza, en pos de comprobar la resistencia de la costura.
Luego es portada al despacho de Su Señoría y depositada con cierta solemnidad en su escritorio, a fin que éste la rubrique.
Hecho esto, el expediente es metido de un empujón en su casillero, quedando disponible para su consulta. Y eso es todo!
Atrás quedaron los tiempos carentes de tecnología, en los que un empleado diligente tardaba días en pasarla con paciencia y letra esmerada al libro de sentencias!
A escasos metros alguien pidió el expediente, y ya lo arriman hasta la mesa detrás de la cual, se acoda un joven que juega distraídamente con la lapicera en su boca.
Abre los autos y se dirige directamente hasta la sentencia.
Con movimientos rápidos y torpes da vuelta las hojas hasta encontrar el fallo.
Ay!! Siempre es así! Estos mocosos y demás leguleyos van prestos a mirar debajo de la falda. Cuanta impudicia!
La lectura de las consideraciones quedará para después!
El joven se concentra en leer la resolución y toma nota de los números, mientras le da a las hojas unos golpecitos de lapicera, esparciendo partículas de saliva en el blanco otrora inmaculado.
La sentencia no termina de dar crédito a la impertinencia que tiene ante sus ojos, cuando siente una mano hacerle una muesca en una de sus hojas, y luego la cierra para ir hasta el principio de los autos... Dios!!
14 comentarios:
Ceci le has dado vida a la sentencia, así como si nada,del entonces al ahora.La dejaste preparada para que pasemos a consultarla cuando nos haga falta.
Me ha gustado, un abrazo.
Me ha gustado como describes el "cuerpo" de la sentencia. Ahora que me vas a crear un trauma, cada vez que cae una en mi mano lo primero que hago es mirar bajo sus faldas. Prometo ser un poco más respetuoso en adelante.
Besos.
Lo de la letra: no es demasiado. Algunos ya padecemos presbicia.
Que real es todo lo que cuentas, y es hasta que se conforman la sentencia que de vueltas dan...
Bonita irrealidad a tan magno ejemplar...
Besos
Prodigioso, detallado, hasta visceral o físico, también retorcido, análisis de un proceso más lejos del proceso.
Veo, casi, los anaqueles hasta el horizonte del "Proceso" de Kafka y Welles, lo veo hasta que aparece el joven; han de aparecer los jóvenes para intentar desbaratar, con una salivita o poco más, con una muesca, todo el fallo.
Ceci admiro tu soltura barroca y muy creativa, creas mundos previsibles y les das la vuelta.
Besito.
Excelente Ceci. Muy bien dedicado este jueves a tu pluma. La verdad que haber humanizado esta pila de hojas, es mérito de buen escritor.
Mi respeto y admiración y me copio tu texto para mostrarselo a un abogado amigo... quizá aprenda a tener más respeto por esta buena señora!
Un fuerte abrazo.
Cual Walt Disney con los animales, asi procedes a humanizar a los pliegos de la sentencia, muy buena visión !!!!!!, porque realmente mira que se toman molestias literarias los jueces para que después todos vayamos directamente al asunto sin pasar por sus preliminares.
Un beso
Has seguido paso por paso lo que es una sentencia. Has imitado perfectamente la parafernalia del lenguaje judicial que la mayoría de las veces no se entiende nada.
Muy buena sentencia
Un abrazo
San, gracias, es un placer!
juan carlos, ningún trauma por favor, que todos lo hacemos!
matices, es cierto, dede ser que da pena no usar todos los recursos disponibles, como en el tenedor libre donde se trata de probar todos los platos que hay.
Nataly, gracias por tus palabras halagadoras, La verdad es que son tantas las reglas de juego y tan intrincado a veces que marea
Cas, gracias...y bueno, por ahi sirve de algo!
manuel, es cierto lo que decis, justo lo que pensaba, al grano sin preliminares.
carmen, gracias y me alegra que les haya gustado.
besos
Che, resulta que la mitad de los jueves está en el sector justicia entonces? Vos si no sos leguleya, le pegás en el poste. Hay detalles en tu texto que solo conocemos los que tenemos contacto con expedientes a diario.
Los jóvenes letrados van a los bifes mas rápido aún que los viejos (mi jefe vive indignado con este tema jajajjajajaj). Me impresionó ver como una sentencia rutinaria y aburrida puede convertirse en un texto de jueves. Chapeau!
Un beso
any se ha adelantado al chapeau mío...digo any, por que es el único comentario que he leído, ceci.
gracias por lo de la letra.
gracias por hacerme caso y escribir este jueves tuyo, el cual hubiera leído el primero de no haber tenido ayer uno de esos días llenos de desgana, casi lleno de un como vacío que me lleva a dejar todo y a querer dormir y a que pase el día...mas, el de hoy, con un sueño que arrastro de los mil demonios, pues he dormido algo así como 4 horas..el día de hoy me sale redondo y pacificado y a gustito y ...
así las cosas, ya me he llegado a tu jueves...y me reitero, ceci, tu forma de escribir me resulta atrayente, muy atrayente...
te dije en tu último jueves que me estabas recordando a la lectura que me traía entremedias por aquello de los adjetivos bien cuidados y bien colocados, por aquello de las imágenes que utilizas de ídem forma....por aquello de...no me fastidies, ceci¡¡¡ vas este jueves y le das protagonismo a unos simples papeles...¡¡¡ incluso haces que la jodía sentencia sienta que su celulitis se aumenta...¡la has tratado de igual a igual, como al ser llamado mujer! así me gusta¡¡¡
en fin, ceci, que me alegra haberte leído y que y que...un beso así de grande¡¡¡
Bueno pues te decantaste por la justicia y me ha resultado muy ilustrativo, desconocia que manejaras de manera tan excelente los termimos. La letra está genial y me alegro de que te hayas animado, como dice Gustavo.
Besos
Querida Ceci, magnifico, entretenido y aleccionador tu relato.¡¡Cuanto jugo le has extraído a una sentencia rutinaria!! Has hecho magia en tus palabras, has dado vida de mujer a unos folios a los que después de tanto acicalamiento...no le ha servido de nada, en este caso al menos los jueces son hombres y han ido al meollo del asunto, aunque si fueran mujeres...irían también a lo mismo y tú lo sabes. Siempre es un placer leerte y lograr ver incluso en una sentencia una historia mágica. Un beso grandote.
(Me gustó lo de la letra mas grande porque como dice Juan Carlos algunos ya tenemos presbicia y ni con gafas vemos a veces)
Any, si tenes razón con lo de ir a los bifes, todos lo hacemos. Y si, también tenes razón en lo primero. Gracias por pasar.
Gustavo, que dedirte? que me alegra te haya gustado.
Maria Jose y medea, gracias a las dos, muy halagada en verdad!
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