UN LUGAR PARA RECORDAR
Sé de un lugar donde las piedras
le afloran como verrugas a la tierra. Grises y rugosas se amontonan una arriba
de otra sobre el verde liso.
Donde el viento serrano le echa
su cálido aliento al valle, y se divierte en las siestas despeinando los
penachos blancos que ondean en la cima de las varas
Donde los pies se desvisten y siguen
caminos de pircas que trazan antiguas coordenadas. Y un estanque redondo esconde
su pudor bajo el follaje entrelazado de
altos guardianes, que mezquinan a la luz,
su reflejo
Donde los loros perforan con
estridencia la quietud de la barranca y el sol alumbra a rayas.
Donde el adobe aun ofrece una
caricia fría y los gatos campean con mansa provocación por los dominios humanos, y por las fragancias de sus fuegos