Esta semana la convocatoria el liderada por Molí del Canyer, que en su espacio nos pide escribir del calor, a propósito de las altas temperaturas que están sufriendo nuestros compañeros jueveros en su tierra, pero aquí en el hemisferio sur nosotros tenemos frío en estos días, igual la sensación de calor es bien recordada!!
LA SIESTA, UN CAMPO DE BATALLA
Cruzar el patio bajo los rayos centelleantes parece una
misión imposible. En el extremo norte se divisan las sábanas y manteles que cuelgan
de la soga como crucifijos inmóviles
dispuestos al sacrificio. El sol les hace cosquillas. Con dedos finos les
dibuja espejismos a colores, pero se retuerce el blanco que resiste con su
escudo de lavanda.
A lo largo y ancho de todo el campo se suceden los destellos de una conversación en
código que mantienen las infinitas
partículas de cuarzo y mica del camino de piedra.
Desde los pequeños montículos
de pasto los gorriones intrépidos se lanzan a la conquista de las reservas de
agua del jardín, aleteando y esquivando disparos calientes y saltando charcos de
claridad engañosa. No hay tregua. La victoria espera en sorbos.
El cielo descarga toda su munición, la sombra se pone a
resguardo bajo la copa de la higuera y las lagartijas se cruzan sobre el suelo de laja ardiente en su loca carrera al verde camuflaje.
En la pared del fondo las trepadoras piden clemencia a las nubes y las flores de las macetas en las ventanas, miran con indiferencia el
escenario de la contienda. Mas tarde, la hora fresca llamará al cese del fuego