jueves, 30 de mayo de 2019

Relato de Jueves Literario: "Un personaje, un lugar, un conflicto"

Esta semana la convocatoria la lidera Mónica, quien nos propone escribir brindandonos un listado de personajes, situaciones y conflictos a elegir


UNA DAMA ARISTOCRÁTICA, UN TEATRO, UN ACTO DE GENEROSIDAD


Las largas horas de ensayo están llegando a su fin, ¡no más por hoy!, el elenco está exhausto. El director desde la primera fila hace una seña de corte seco y definitivo, bastante teatral, con un  movimiento de brazo horizontal de lado a lado que le demanda más energía de la que  tiene. Con menos vehemencia esta vez les hace saber a los técnicos que deben aguardar las instrucciones finales.
Sobre el escenario los actores se sientan a descansar, algunos estiran las piernas, otros vocalizan suave, bocas enormes que se abren, cierran, se dan masajes en las gargantas, mañana en el estreno se lucirán las voces con sus cuerpos
Junto al director la dama de gris severo, miembro de la aristocracia artística del país, no ha podido hasta el momento confraternizar con el resto del elenco  que la trata con excesiva amabilidad, demasiada veneración. Si su deseo decidiera estaría en casa leyendo un buen libro, pero su voluntad comprometida la ha colocado a diario durante el último mes en la sala de ese teatro, ensayando una obra cuya protagonista fue su papel cuarenta años atrás, y ahora de ella solo se espera que diga unas pocas palabras desde una silla en una escena jocosa, y que su presencia arroje luz al escenario, una bendición ceremonial  en la consagración del arte.
La noche del estreno dará cuenta de la acertada puesta en escena, de la arriesgada adaptación, de la calidad de los actores y de la atmósfera especial, conmovedora que se vivió entre la audiencia que respondió divertida a la breve interpelación de la vieja dama aristocrática y de la pequeña ovación que tuvo lugar, instantes antes de que la atención de la audiencia la abandonara para seguir la trama que se desplegaba en el lugar


jueves, 16 de mayo de 2019

Relato de Jueves Literario: "Despiste"

Este Jueves la convocatoria es liderada por Pepe, en su espacio nos propone escribir sobre el despiste. En su casa nos vemos los invitados para leer los relatos




LA LLUVIA, NUBLA

Afuera estaba desapacible. Frío, lluvioso, el comienzo del invierno le había acortado las horas a la tarde.  Era de día cuando Marta entró al consultorio del médico y a la salida, cuando los restos de las meriendas aún yacían sobre las mesas y en las casas se estiraban unos mates tardíos, estaba tan oscuro como si fuera la hora de cena. 
Desde la protección del umbral Marta espero a que pasaran los coches que se deslizaban con cuidado por el asfalto mojado. Cuando las luces de los faros que la encandilaban hicieron una pausa, divisó el gris del auto estacionado en la acera de enfrente y tomando coraje cruzó la calle a paso ligero. En un par de movimientos que parecieron uno abrió la puerta del acompañante y se metió en su interior como una tromba, antes de cerrarla metió de un tirón el largo de su abrigo y arrojó la cartera al asiento trasero mientras resoplaba sacudiéndose de encima la lluvia. 
Hasta allí todo era normal, la atmósfera familiar, la radio encendida, la presencia masculina, muda, que se presentía a su lado sentada al volante, hasta que el intento de colocarse el cinturón demasiado corto para ella le puso un llamado de alarma en el cuerpo. Marta se giró a su izquierda, -¡Ustéd no es mi marido!-le dijo al hombre que a su lado no había dicho palabra aún, pero más se lo dijo a sí misma y comenzó a mirar de un lado y otro incomoda, antes de detener su vista en la ventanilla trasera, en la cara de su esposo, que sentado en el coche de atrás observaba divertido la escena y reía con los ojos y la boca a causa del despiste de su mujer. 
Marta se disculpó rápidamente con el hombre a su lado que no salía de su asombro y que solo atinó a responderle con una sonrisa pasmada, tal vez Marta le había interrumpido la espera de la mujer propia, o un momento de intimidad propicio para escarbarse la nariz, como sea, Marta salió volando del coche y con ella voló un equívoco de letras intrascendentes, pariente lejano de los tropiezos afortunados, de esos que dan pie para un guion de romance