Esta semana me toca liderar la convocatoria de los jueves,
en mi espacio, y el tema elegido es Amazonas. En el enlace pueden seguir todos los relatos de los participantes de esta semana. Nos leemos...
AMAZONAS, UN SUEÑO EN APUROS
El joven cazador Awa es capturado para siempre en la
fotografía para la que jamás posó.
Se lo ve ocupado en su misión, el paso
rápido congelado, el brazo tenso sujetando las lanzas, el músculo del hombro
subrayado, manchado con la sangre de la corzuela que lleva sujeta a la espalda.
La mirada en el camino, delante de sus pasos.
No se le ven los pies, parece que los tuviera sumergidos
en aguas veteadas de hojas verdes y flores amarillas que componen un cuadro de
colores pixelados que lo rodean, que denotan movimiento y el instante fugaz de
la captura. Sin embargo, él está en foco, y con él un perro flaco que le sigue
el tranco
A los Awa, casi los últimos nómades que viven en lo más
impenetrable de los bosques lluviosos de la Amazonía, las manecillas del reloj de los tiempos
les marcan el ritmo acelerado del cambio. La civilización montada en camiones
madereros y el progreso a bordo de trenes infinitos les corren la frontera de lo
conocido.
De un sacudón el planeta se ha metido a este grupo humano acostumbrado a
huir, bajo la alfombra de musgo en el interior del pecho respirante. En el más profundo refugio de árboles con
vida, en la espesura confusa de color verde y marrón, los hombres aún
cazan con arco y flechas de punta de bambú endurecida, viven de la miel
silvestre, de los frutos de babasu y de las fuentes de agua, y los ancestros son invocados para protección de este, su hogar.
Se dice que con cada forma de vida única que se pierde la
humanidad se empobrece. Entonces, por nuestra riqueza, que vivan, sin testigos…
PD: la foto es de una nota de National Geografic, "las últimas tribus del Amazonas", del 22 de agosto de 2019